SANTO DOMINGO, 1 nov (IPS) – Daniela Hernández vio destellos de sol entre las nubes y recuperó la esperanza. Quiere regresar a su casa, parcialmente destruida por la tormenta tropical que arrasó República Dominicana. Hernández, de 42 años y madre de dos niñas, permanece desde el lunes en un albergue que comparte con 305 personas (176 niños, 83 mujeres y 46 hombres) en la Zurza, un barrio marginal de la capital dominicana. Mientras hablaba con IPS, movía la pierna derecha, inquieta, y observaba los chispazos de sol, que anunciaban un pronto regreso a su hogar.
"Vi como las paredes traseras se deslizaban poco a poco hasta caer por completo", dijo a IPS, mientras acariciaba a una de las niñas que llevaba en los brazos, "y tuve miedo de que toda la casa se viniera abajo y me quedara enterrada con mis hijas", comentó.
El paso de la tormenta dejó 73 personas muertas, 43 desaparecidas y daños en la infraestructura aún cuantificados, según la información suministrada este jueves por la Comisión Nacional de Emergencias.
En todo el país, 64.096 personas permanecen evacuadas y 16.024 viviendas fueron dañadas.
La escuela Aída Cartagena Portalatín fue dispuesta como albergue para la Zurza desde la madrugada del lunes.
"Hasta ahora en este albergue no ha faltado nada", comentó a IPS José Juan Concepción, encargado de la brigada de la Defensa Civil de la Zurza. "Hemos recibido comida, agua y medicina suficiente", dijo.
El no gubernamental Centro Padre Juan Montalvo, de la católica Compañía de Jesús, pedía ayuda para los evacuados de la capital, sobre todo los de la margen occidental del río Ozama, que bordea la ciudad. En un comunicado sostuvo que se necesitaban medicinas, alimentos enlatados, mantas y ropa.
Las autoridades reportaron casi 400.000 hectáreas agrícolas inundadas, entre ellas 22.808 de plátanos y 67.887 de arroz, dos alimentos fundamentales para los dominicanos. Los pronósticos alimentarios para los meses venideros son desalentadores.
"Hubo daños y eso acareará escasez" de alimentos, señaló a IPS Mario Velásquez, ex presidente de la Junta Agropecuaria Dominicana. La falta de productos entrañará aumentos de precios y, en este caso, "todo dependerá de las medidas que adopten las autoridades para enfrentar la situación", dijo.
Las aguas derribaron y dañaron 35 puentes, incomunicando a regiones enteras, como el sur, que comprende 10 provincias y una población de 1,6 millones de personas. El transporte se vio obstaculizado también hacia el norte del país, con 14 provincias y algo más de tres millones de los 8,5 millones de dominicanos.
El presidente Leonel Fernández declaró estado de emergencia nacional por 30 días, lo que implica aligerar los trámites legales para la contratación de bienes y servicios necesarios para paliar los daños.
Algunas voces proponen reenfocar los recursos nacionales a reconstruir las áreas afectadas. Por ejemplo, cesar la construcción del tren subterráneo de Santo Domingo y el pago de la deuda externa.
El gobierno apeló a la ayuda de la comunidad internacional. El representante del Banco Interamericano de Desarrollo en el país, Moisés Pineda, prometió que la entidad multilateral entregaría 200.000 dólares antes del lunes 5 de noviembre.
El gobierno japonés despachó ayuda por más de 110.000 dólares en mantas, purificadores de agua y otros equipos.
La tormenta abandonó el territorio dominicano el miércoles, aunque las lluvias continúan con menor intensidad y, según los pronósticos, se mantendrán por las próximas 24 o 36 horas. (FIN/2007)