El candidato presidencial de la coalición la Cuarta Vía, Eduardo Estrella, sugiere una “tregua política” y la incorporación de todos los sectores de la vida nacional para enfrentar el desastre que en pérdidas de vidas humanas y daños a la agropecuaria y la infraestructura vial causó la tormenta tropical Noel.
Recomendó al Gobierno que reoriente el gasto público y suspenda por dos meses la construcción de obras no prioritarias, para destinar esos recursos a las zonas devastadas.
Lo de incorporar a todos los sectores a esas labores es un buen consejo, pero es un simple decir. A los políticos de la oposición hay que saber interpretarlos por el contenido de doble moral que arrastran sus palabras. Es decir, mientras de un lado le entran a latigazos al presidente de la República acusándolo del ser el causante del desastre natural por no informarle al pueblo a tiempo sobre la tormenta Noel; por el otro, tratan de congraciarse la simpatía de los damnificados haciendo sugerencia que en la práctica está preñada de demagogia.
No se puede hablar de tregua política cuando se aprovecha este lamentable caso para freír en aceite caliente a las autoridades, que sí están cumpliendo con su papel al ir en auxilio de los miles de víctimas del fenómeno meteorológico. Se debe predicar con el ejemplo, no con teorías ni con doble moral.
Sería bueno que Federico Antún Batlle, Hatuey Decamps, Eduardo Estrella, Miguel Vargas Maldonado, y todos los dirigentes políticos que están satanizando al Gobierno, aprovechándose del momento, se integren a las labores de rescate que están realizando las unidades de socorro a nivel nacional. Me gustaría verlos bajo la lluvia, cruzando los ríos, llenos de lodos, salvando vidas. Si así lo hicieren, estarían dando un verdadero ejemplo de tregua política y una demostración de que verdaderamente son dominicanos que sienten en carne propia los problemas de los ciudadanos. Es muy fácil criticar desde sus casas.
Esta es la oportunidad de ver a las militancias de todos los partidos integrarse al trabajo de las brigadas de socorro. Demuestren que tienen interés en el país.
En momento en que la tormenta atropellaba al país, estos señores aprovecharon una cadena radial para “lamentar” el caso y al mismo tiempo sacar provecho político a la situación. Fueron más lejos aún: usaron programas de radio y televisión manejados por comunicadores a su servicio como tribunas para enrostrarle una supuesta incapacidad de gestión al Gobierno de administrar el país. Esos espacios fueron además utilizados por militantes (en su mayoría activistas que trabajan para los programas interactivos) de los partidos de la oposición, siguiendo por supuesto una línea con esos propósitos, para hablar mentiras, como aquella de que no estaba llegando a los damnificados la ayuda dispuesta por el presidente Leonel Fernández. Se escuchó decir a alguien que esa ayuda estaba concentrada en las casas de los dirigentes peledeístas. ¡Qué perversidad, Dios mío!
Mientras las embajadas acreditadas en el país y organismos internacionales nos están ayudando a mejorar el dolor que dejó la tormenta Noel, estos falsos líderes y sus asesores de campaña lanzan flechas envenenadas desinformando a la población, una labor diabólica que más tarde que nunca se revertirá contra ellos. No se puede jugar con las necesidades de las personas para atraerse votos.
Estos políticos pusieron a correr la versión de que el país no sabía nada sobre el paso de la tormenta. Sí se anunció, aunque talvez no en la dimensión que ameritaba el caso. Lo que ocurre es que se ha convertido en una costumbre restarle mérito a los boletines que emite la Oficina Nacional de Meteorología; siempre lo cogemos a relajo, a chercha. Tal vez donde estuvo la falla de las autoridades fue no tomar las medidas preventivas para habilitar albergues donde alojar a las personas que residen a la orilla de ríos, arroyos, y aquellas que viven en las inmediaciones de cañadas o lugares frágiles.
Ningún Presidente puede ser culpable de las acciones causadas por una tormenta o un huracán. En los gobiernos del PRSC y del PRD hubo huracanes y nadie culpó a los gobernantes de turno de ineficientes.
¿Por qué esos partidos de oposición no sacrifican parte de sus millonarios ingresos y los ponen a disposición de los afectados por la tormenta? ¿Por qué no utilizan sus relaciones internacionales para pedir ayuda para la República Dominicana? El pueblo nunca olvidaría ese gesto, si lo hicieran. ¿Lo harán? Eso está por verse.