PESHAWAR, Pakistán, 3 nov (IPS) – La violencia escaló esta semana en Swat, elevado valle en la pakistaní Provincia de la Frontera Noroccidental, limítrofe con Afganistán, donde un frágil cese del fuego fue roto por rebeldes pro-Talibán.
El movimiento islamista Talibán dominó la mayor parte del territorio de Afganistán entre 1996 y 2001, cuando fue desalojado por una coalición internacional invasora que encabezó Estados Unidos a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
La reanudación de las hostilidades obligó a gran cantidad de pobladores a trasladarse a sitios más seguros.
El cese del fuego de dos días colapsó el 31 de octubre, cuando las fuerzas de seguridad atacaron con helicópteros artillados guaridas de insurgentes.
Eso fue después de una serie de choques que incluyeron ataques con misiles contra un puesto policial en Kabbal y contra el campamento de la policía fronteriza de reserva en Saidu Sharif, la capital del distrito.
Un día después, 48 efectivos de seguridad fueron tomados como rehenes en Swat, donde los combates han dejado más de 150 muertos desde la semana pasada. El viernes, los soldados fueron exhibidos ante los medios de comunicación antes de ser liberados.
El personal de seguridad se había rendido luego que los rebeldes del área de Khwazakhela, en Swat, los emboscaron el 1 de este mes. Fueron retenidos en Charbagh, un baluarte del clérigo radical Maulana Fazlullah.
El 24 de octubre el gobierno había desplegado miles de efectivos adicionales para recuperar el control de 59 aldeas de manos del pro-Talibán Maulana Fazlullah, yerno del líder en prisión del movimiento Tehreek-i-Nifaz-i-Shariat, que declaró la jihad (guerra santa) a las autoridades.
Maulana Fazlullah, que predica a través de su propia estación radial de frecuencia modulada, movilizó a unos 4.000 voluntarios en un ala armada llamada Fuerza Shaheen, y estableció tribunales.
Tres personas fueron azotadas en público el 12 de octubre por su supuesta participación en el secuestro de una mujer.
"Una enorme multitud presenció los azotes y aplaudió la rápida acción de justicia por parte del clérigo. La gente está extremadamente harta del sistema judicial estatal", dijo un periodista de la zona, Hameedullah Khan.
En Swat están completamente prohibidos la música, los cibercafés y los comercios de discos compactos. Maulana Fazlullah incendió 15 tiendas de discos antes del mes sagrado musulmán de Ramadán, luego de pagar 2.000 dólares a cada uno de los propietarios.
El clérigo radical incluso cambió el nombre de diversos palacios, porque los consideraba no islámicos.
Las escuelas de Swat, especialmente las de niñas, fueron clausuradas. En agosto, el director de una escuela fue asesinado mediante una bomba en su vehículo, porque se negaba a dejar de dar clases a las estudiantes.
Con alrededor de un millón de habitantes, el pintoresco valle de Swat fue un importante destino turístico para los occidentales en un pasado que ahora parece remoto.
Durante el mes de Ramadán, hubo en la Provincia de la Frontera Noroccidental más de 300 ataques con bombas, un tercio de ellos en Swat.
En un escalofriante recordatorio de la destrucción con dinamita a manos de Talibán de las centenarias estatuas de Buda en el central valle afgano de Bamiyan, en marzo de 2001, los rebeldes intentaron dos veces en septiembre demoler una célebre estatua de Buda en la ladera de una montaña en Swat.
Según testigos presenciales, insurgentes de la zona armados, partidarios de Maulana Fazlullah, atacaron la estatua del siglo VII en la pequeña aldea de Jihanabad.
La representación de Buda en pose de meditación, de siete metros de altura, fue esculpida durante la civilización Gandhara, que floreció en esa zona de Pakistán desde el siglo VI antes de Cristo hasta el siglo XI después de Cristo, según el profesor Fidaullah Sehrai, experto en arqueología budista y ex director del Museo de Peshawar.
"La estatua sobrevivió, pero tememos que la próxima vez usen explosivos más poderosos para completar la destrucción de lo que los rebeldes consideran 'símbolos del mal', si el gobierno no toma medidas para proteger estos monumentos nacionales", comentó el arqueólogo Zainul Wahab.
"Debido a la precaria situación de la seguridad, estamos confinados a la estación policial y no pudimos ir al lugar", explicó un oficial.
Historiadores y organizaciones de ciudadanos urgieron al gobierno a proteger el pasado de Pakistán de los vándalos del siglo XXI.
"Las ruinas de Butkarra y las de Takht-i-Bahi, así como el museo de Chakdara, son particularmente vulnerables y deben ser protegidos de cualquier posible ataque de fanáticos religiosos", declaró Sehrai a IPS.
Swat fue un importante centro budista en la antigüedad. Según historiadores, su nombre ancestral era Udhyana, que puede traducirse como "tierra de jardines".
Se trata del segundo sitio sagrada de los budistas, luego de la oriental ciudad india de Bodh Gaya. Se encuentra en la carretera que va del distrito de Charsadda al de Chilas, en el norte de Pakistán. Hay allí varias esculturas en las rocas que datan de los siglos V y VI.
La influencia de grupos pro-Talibán se expandió por la Provincia de la Frontera Noroccidental, desde las áreas tribales administradas por el gobierno central, que se convirtieron un refugio seguro para el movimiento fundamentalista tras su caída en 2001.
Pakistán concentró efectivos militares a lo largo de su frontera de 2.400 kilómetros con Afganistán para controlar los movimientos transfronterizos del Talibán y de la red terrorista Al Qaeda, del saudita Osama bin Laden, pero la insurgencia envolvió a muchas áreas. (FIN/2007)