La oposición política, encabezada principalmente por la dirigencia del Partido Revolucionario Dominicano, ha estado manejando los temas de actualidad y caminando con ellos en el día a día, para tratar de posicionarse en las encuestas de preferencias electorales. Con el olvido de los mismos lentamente el PRD se queda sin discurso. Durante un tiempo hastiaron con la situación energética y los apagones, olvidando que ellos empeoraron la crisis del suministro eléctrico prolongando los apagones. Pero el tema se les ha escapado de las manos, dado que ahora hay más luz y muchos barrios gozan del plan de 24 horas del servicio. A sabiendas de la mejoría experimentada en el suministro energético, los perredeístas ya se han olvidado de los apagones.
Con los hechos delictivos se gastaban las cuerdas bucales hablando del tema. El gobierno ha actuado. Se hicieron cambios de mando en el tren policial y la delincuencia y el narcotráfico son combatidos con energía, a pesar de ser un flagelo con características globales que tiene su raíz principalmente en las drogas, la cual mueve muchas influencias y recursos.
Una propuesta de compra de unos aviones a Brasil, para ser utilizados en el combate al narcotráfico, encontró un bombardeo de la oposición encabezada por el PRD. El tema quedó en el olvido y ahora se aprecia la importancia y la necesidad de esos aviones para poder enfrentar con éxito la mafia organizada del bajo mundo de las drogas.
El Metro ha roto récord de críticas por parte de los perredeístas. Al igual que con los túneles y elevados de la 27 de Febrero y de la Kennedy, la oposición a esa obra es más por envidia que por el mismo hecho de la inversión que conlleva, pues ellos saben el impacto social y político de la misma y temen como el diablo a la cruz su inauguración.
Las elecciones de medio término del PLD llevaron a los perredeístas a profetizar a Danilo. Anhelaban su triunfo, alababan en demasía sus cualidades y sus propuestas; pareciera que querían que el estratega peledeísta fuera su candidato y no Leonel. Las primarias pasaron, el presidente se impuso y entonces volcaron las críticas al supuesto uso del Estado por parte de los reeleccionistas. El tema se desvaneció y había que buscar otra forma de entretener a la militancia del PRD y al país.
Comenzó entonces otra forma de avalar el discurso crítico. Había que organizar huelgas para menguar la popularidad de Leonel. A partir de ahí comienzan los movimientos huelgarios y ellos se acogen a la falta de agua, producto de la sequía, y lanzan ataques despiadados contra el gobierno y los funcionarios, a la vez que apoyaban todos los movimientos de protestas. Las huelgas se desgastaron y los perredeístas deciden abandonar las mismas para buscar otro tema de campaña.
Ante la frustración de los alardes hacia nuestra economía por parte de todos los organismos internacionales, había que buscar elementos que mancharan estos logros alcanzados. Es entonces cuando surge el caso de los préstamos de la Sun Land y la vocinglería del PRD, quienes entendían que habían cogido al gobierno por el pichirrí. Hubo decenas de explicaciones, pero tuvo que ser Leonel Fernández que les cerrara el debate con su magistral exposición ante los directores de medios de comunicaciones.
Pero el PRD siempre busca más y más, y deciden dirigir los misiles hacia el nuevo spot de campaña del PLD. Acusan a un actor que interviene en el mismo de ser militar. Se aclaran las cosas, se despide al militar de la institución a la que pertenecía. La Junta Central Electoral decide de forma tardía retirar el anuncio, pero ya a los perredeístas no les interesa el tema ni el spot.
Llega Noel de forma repentina. La tarde de un domingo se anuncia y ya en la madrugada del lunes poco se podía hacer con la furia de sus vientos y los torrenciales aguaceros caídos. Inmediatamente los amigos del PRD aprovechan la situación y politizan hasta cansar el tema. Leonel Fernández entiende la estrategia perredeísta, le coge alante; visita los refugios, ordena las ayudas y le da seguimiento a la situación. Crea comisiones de alto nivel y declara el país en estado de emergencia. Se aprueban los bonos para reconstruir las comunidades afectadas y el tema comienza a desaparecer de la boca y pluma de la oposición.
Las evaluaciones de la alta dirección del PRD respecto a los daños de la tormenta Noel llegaron a la cifra de más de 20 mil millones de pesos en pérdidas en el agro, en comunicaciones viales y daños materiales. El presidente Fernández decide que sólo eran necesarios 8 mil millones de pesos y no la cantidad que habían estimado los perredeístas. El Congreso aprobó bonos por 5 mil millones de pesos y no por 20 mil millones como había evaluado la organización del “jacho prendío”. Fue entonces cuando sacan a relucir que el gobierno cuenta con esos recursos y que no había necesidad de nuevos créditos.
Ha pasado Noel y se resuelven poco a poco las calamidades de las comunidades. El Metro avanza hacia su fase final. La economía sigue creciendo a pesar de los malos presagios. El sistema eléctrico mejora. Los actos delincuenciales disminuyen y son apresados a tiempo los que incurren en ellos. Ante ese panorama, debemos prepararnos para ver con que nuevos temas saldrán los perredeístas.
Pero una cosa si es cierto. Ellos duraron cuatro años en el poder. Tuvieron el Congreso y los ayuntamientos a su favor. Manejaron una inmensa cantidad de recursos. Pero no hicieron obras de importancia, hicieron decrecer el PIB a niveles mínimos, la inflación nos asfixió, el desempleo hizo estragos; contribuyeron a la quiebra de bancos y de cientos de empresas; duplicaron la deuda externa y llevaron la deuda interna a niveles alarmantes.
Los perredeístas se pueden “disfrazar como el bacalao”, pero el pueblo ya los conoce. Son sabios y humanistas en la oposición, pero cuando gobiernan destruyen la economía nacional y se olvidan de los pobres que ahora dicen defender.