CARACAS, oct (IPS) – "No es buena la impaciencia", respondió Hugo
Chávez al límite de diciembre puesto por el gobierno colombiano a su
gestión en pos de un acuerdo humanitario para el canje de rehenes por
guerrilleros. El presidente venezolano fue recibido este martes por su par
de Francia, Nicolas Sarkozy. A las 01:15 hora GMT, minutos después del arribo de Chávez a París, el gobierno de Colombia anunció que daba 40 días de plazo para resolver este caso, que no ha hallado solución en más de cinco años que lleva de mandato el presidente derechista Álvaro Uribe.
El lunes, el Consejo de la Unión Europea expresó en Bruselas su apoyo al canje que se busca en Colombia.
Chávez afirmó a su llegada a Francia, poco antes de las 23:00 hora GMT del lunes, que no llevaba consigo pruebas de vida de la colombo-francesa Ingrid Betancourt, secuestrada por las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en febrero de 2002, cuando estaba en campaña presidencial.
"Sin embargo, yo estoy seguro de que Ingrid vive", matizó Chávez sobre esta mujer cuya fotografía en tamaño gigante preside la fachada de la alcaldía de París, y que ha sido declarada ciudadana de honor de más de 1.000 ciudades.
El presidente venezolano se basa en la palabra del guerrillero más viejo del mundo, "Manuel Marulanda", comandante de las FARC y quien dio orden de recoger pruebas de supervivencia de todos los rehenes en poder de esa guerrilla.
A su vez, la senadora colombiana Piedad Córdoba, facilitadora oficial del acuerdo, aseguró también desde la capital francesa que puede haber sorpresas y que la supervivencia de rehenes y prisioneros de guerra serían dadas "mañana, en dos días o una semana".
En los medios periodísticos caraqueños existe la convicción de que Chávez efectivamente no llegó "con las manos vacías" a su entrevista de este martes con Sarkozy en París.
¿Cuáles pruebas de supervivencia tendría Chávez en su poder? ¿Qué contienen, que no han sido mostradas? ¿Hace cuánto las tiene? ¿Qué ha esperado para mostrarlas? ¿Quizá ya no se trata de mostrarlas a las familias y a la prensa, sino a los Estados?
Según dos fuentes consultadas por IPS, Chávez ya tendría pruebas de vida de algunos de los rehenes, incluso posiblemente de los tres estadounidenses, Marc Gonsalves, Thomas Howes y Keith Stansell, apresados en 2003 cuando cumplían labores de inteligencia en el marco de la asistencia militar de Washington a Bogotá.
Las familias no han sido informadas aún, lo que reflejaría un cambio de prioridades, pero también que puede haber algo qué ocultar, como el estado físico de los rehenes.
Mientras, en Colombia, cuyo gobierno derechista no reconoce la existencia de un conflicto armado, tanto las FARC como los entendidos en materias bélicas afirman que la fuerza pública estaría bombardeando literalmente todo el territorio donde cree que puede haber campamentos guerrilleros, lo cual dificultaría al máximo la recolección de pruebas de
vida.
A estas alturas, cuando en diciembre cumplen 10 años en cautiverio los dos militares más antiguos sujetos a canje por guerrilleros presos, Libio Martínez y Pablo Moncayo, ya no se sabe siquiera cuántos son.
"Entre 45 y 50" uniformados y rehenes civiles serían cambiados por "entre 400 y 500" guerrilleros encarcelados, según expresiones últimas de las FARC.
Chávez se encargó de desviar la atención del tema de las pruebas de supervivencia apenas llegó a París.
Indicó que en su encuentro bilateral de 50 minutos en el marco de la XVII Cumbre Iberoamericana, en Santiago de Chile, "Uribe y este servidor hablamos de una posibilidad de una reunión, en algún lugar, de ‘Marulanda’ y Chávez"; y Uribe dijo: ‘hasta yo pudiera ir’".
De inmediato, el gobierno de Colombia precisó que este cara a cara Uribe-FARC sólo se daría una vez que hayan sido liberados todos los rehenes y en el marco de un proceso de paz en marcha, y anunció el plazo de diciembre.
Además, mostró molestia porque se habría tratado de un "secreto" la hipotética disposición de Uribe de entrevistarse con "Marulanda", a lo que Chávez contestó este martes en rueda de prensa en París que no se le había pedido discreción sobre ese punto, el cual por cierto demostraría voluntad de paz de parte de Uribe.
Chávez mostró en París que no va sólo tras el canje, sino tras la paz en Colombia. Además, apuntó que Estados Unidos es un factor que impide la reconciliación en ese país andino.
El mandatario venezolano ha manifestado ya que la guerra civil colombiana estorba a su proyecto de unificar a América del Sur en un bloque económico de cooperación.
En todo caso, el presidente Uribe había dicho apenas el 6 de este mes: "Tengamos paciencia y dejemos que las cosas discurran tranquilamente". La carrera contra el tiempo no sólo se trata de saber si Uribe pierde la paciencia o no.
El punto tampoco es la capacidad de resistencia física de los rehenes civiles, como el caso del más antiguo en manos de las FARC, Oscar Tulio Lizcano, quien era miembro de la Cámara Baja cuando fue secuestrado en agosto de 2000, o el senador Luis Eladio Pérez, llevado por la guerrilla en junio de 2001 y quien padece diabetes mellitus.
Es también que este año han sido observadas cuatro operaciones militares de exterminio contra campamentos o unidades de las FARC, tal como ha ordenado el presidente Uribe.
La primera de ellas habría sido la que tuvo lugar en junio, en la que murieron 11 rehenes civiles, diputados departamentales que penaron más de cinco años como "canjeables".
A partir de esas muertes, Córdoba y Chávez adelantan desde principios de agosto una gestión frenética, que ha logrado incluso sentar a hablar a gobiernos tan enfrentados como el de Venezuela y el de Estados Unidos.
También esa facilitación consiguió que se presentara este mes en la sede presidencial venezolana, el Palacio de Miraflores, Iván Márquez, uno de los siete miembros del secretariado del estado mayor central de las FARC.
Mientras, distintas voces de la derecha colombiana, curiosamente, han coincidido en que el presidente venezolano es "la última carta" para lograr el acuerdo humanitario.
"Si Chávez no le anda rápido, si no negocia en Venezuela con las FARC rápido y ya, creo que el grupo no va a llegar completo, no regresan completos", dijo a IPS Ángela de Pérez, esposa de Luis Eladio Pérez.
"Porque ya están ellos sobreviviendo el último minuto que les queda. Hay un agotamiento de tantos años de travesía", agregó.
A las FARC, De Pérez les pide "que por lo menos saquen el listado con nombres y apellidos. Que las pruebas de supervivencia sean de todos".
"Al gobierno, que facilite las cosas, por amor de Dios. Que no las torpedee más, porque es muy clara la posición del gobierno obstaculizando y oponiéndose a la libertad de unos colombianos en territorio colombiano", agregó, y recordó recientes declaraciones del presidente y sus ministros "en lenguaje inapropiado, oponiéndose a la negociación".
Señaló cómo "les ha tocado asumir esa responsabilidad a otros países, como el presidente Chávez, para solucionar un problema que le compete al presidente colombiano, pero que éste no asume".
"Que aquellos gestores y personalidades en el mundo que vienen apoyando el acuerdo humanitario lo hagan con más énfasis y con más ganas", pues de lo contrario "muchos, por problemas de salud, no van a lograr el reencuentro con sus familias", advirtió.
Y "que el mundo nos ayude. Que entienda lo que son las secuelas de una guerra degradada (el conflicto colombiano lleva más de cinco décadas), y que el presidente (Uribe) no quiere asumir ni siquiera el reconocimiento de la guerra y mucho menos de las víctimas de esa guerra. A mí eso me parece atroz", añadió.
El mismo lunes, el profesor Gustavo Moncayo inició una marcha a pie de Bogotá a Caracas para movilizar apoyo por la vida y la libertad de su hijo, el militar sujeto a canje, Pablo Moncayo.
Entre el 17 de junio y el primero de agosto, el profesor y "caminante por la paz" concitó la solidaridad de millones a su paso, durante su viaje a pie de unos 1.000 kilómetros desde su pueblo Sandoná, al extremo su doccidental de Colombia, hasta Bogotá, en el centro de este país andino.