Un “movimiento de Primeras Damas” sorprende al mundo en el ruedo de la política, ya sea al lado de sus hombres, o detrás de ellos, o con ellos o contra ellos. Tras este movimiento muchas Primeras Damas han creado resonancia con sus declaraciones, a favor de la niñez, enfermos del sida y la causa de las mujeres y hasta haciendo política. Separando el hecho de que estos apoyos y la legislación de leyes a favor de la mujer no quieren necesariamente decir cercanía emocional con el género,este tipo de defensa, sin embargo les da muchas tablas para para un lugar excepcional en el terreno político donde sus hombres (los Presidentes) han sido amos y señores.
Definitivamente las Primeras Damas, aún aquellas clásicas, activas solo en el marco de la filantropía y el apoyo incondicional de sus Presidentes y maridos, son mujeres de “armas a tomar”. En una especie de “defensa de damas”, algunos presidentes en Latinoamérica y Europa han tenido que levantar la guardia y cuidadarse de sus esposas, las Primeras Damas….
Al observar las Primeras Damas junto a sus compañeros, los presidentes compartir con ellos en actos públicos, vestidas con atuendo formal y refiriéndose a ese hombre con el cual comparten su lecho, como el señor Presidente, en respeto de un protocolo tradicional y por qué no, también manipulador, medito sobre el ideal de Primera Dama, pues creo que todas las mujeres en un momento de nuestra vida sentimos orgullo (aunque la hipocresia se adueñe…de quienes lo niegan), por nuestras “Missis”…, y Primeras Damas. Confieso tengo mi ideal de Primera Dama, ideal que tal vez nunca se cumpla, pero puede estar cerca y/o quedarse solamente en el marco de mi imaginación
La Primera Dama mía no la deseo metida en camisas de fuerza, o fajas, corseles, trajes sastres, tacones, pero tampoco en pantaloncitos cortos en medio de una reunión de altos ministros inclinada, enseñando “su mundo al mundo varonil”, tras los papeleos del gabinete… No la quiero “jipy”, tampoco quiero una Primera Dama sermonera, en definitiva …sin ser exigente la quiero con dominio y sentido de la equidad de género, (siempre que se pueda), que –aunque la acusen de hacerle trabajos en el “sector externo” al Presidente, ésta sea capaz de bajarse a los “compañeritos" de la base, de su partido, de las factorias y centros de empleos. No la quiero sindicalista, ni defensora de tablajeros de la politica, pero que sí decide hacer coro al asistencialismo social o crearlo desde su lugar de Primera Dama , prevalezca siempre el criterio de la verdad y la autenticidad. Mi primera dama debe tener glamour, decoro, atrevimiento, inteligencia y sentido del deber de la decencia y el buen humor.
Quiero una Primera Dama que sonría aunque tenga su “cuchillito amolado”… No la deseo supermaquillada con cejas y labios al estilo la Reina Ira de Inglaterra,Sus labios nunca deben estar a lo Celeste Arraras…al rojo vivo, pues cada vez que caiga un aguacero o se muera alguien del gabinete del marido la tendremos con el maquillaje hecho añicos de tanto llorar… Y no hay nada más terrible que una Primera Dama, llorona. Ella por má eventos y actos a favor de los pobres que realice quedará como de fea por partida doble…al caérsele el make up, mostrarse como la más sensible de la película del gobierno del marido. Sus lágrimas no serán absolutamente “lágrimas de cocodrilo” pero sí de utilities.
Mi ideal de Primera Dama no debe abusar de la propaganda cibernética, alterando los logros de su marido o de otras gestiones en beneficio de protagonismos innecesarios. Tampoco la quiero como el “arroz de 8”, ni usurpando ni mostrándose como una Primera Dama que “se la sabe de todas” , dándole pauta a los ingenieros, los pintores, a los academicos, los medicos, a los poetas.
No niego que me conformaria con una mezcla cedaceada o caribeñizada de Primeras Damas, con un poquito de todos los ingredients a saber: “la Fujimori” por su talaje, la (dos) de Menen. Tambien la Martha Sahagún, plantada en veinte para con Fox: “O te casas o te caso”,. Oh!!. Y la de París, la Cecilia Sarkozy, con sus arrebatos amantinos pero inteligente y de fino olfato politico. Me encantaría una Primera Dama con el grado de discreción de Nancy Reagan, el “caché” intellectual de Abigail Adams, esposa de John Adams (segundo presidente de EE.UU). No son exigentes. No aspiro a una Primera Dama mundial como Eleanor Roosevelt, o una Jacqueline Kennedy, con su inteligencia y glamour . Pero como al fin y al cabo mi ideal de Primera Dama puede no sobrevivir a ninguna de las nombradas, como dominicana me conformo y siento satisfacción con tener de Primera Dama, a Margarita Cedeno de Fernández.
Después de una historia accidentada como la de República Dominicana, con tipos como Trujillo y Balaguer, que por no casarse nos escamotearon durate casi 21 años. El vacio fue llenado por las Primeras Damas en periodos diferidos por doña Asela Mera de Jorge y doña Rene Clan de Guzman, una experiencia con Primeras Damas, marcada con la remanencia de la oligarquía dominicana. Luego ,tuvimos a la señora Ana Eliza Villanueva, muy virtuosa, y con los pies sobre la tierra, pero suplente…
Un cierta esperanza albergaron las revistas de sociales con la elección de un Presidente “casado”, entonces fue el turno de doña Rosa de Mejia, una Primera Dama valiente en todos los aspectos de su vida, la cual se mostró amorosa y tolerante con su esposo, el ex presidente Hipólito Mejia. Un Nuevo “bajón de nota” afectó los sueños de Primera Dama de los dominicanos/as, al ser electo en su primer periodo el Presidente Leonel Fernández; el tomaría el mando en medio de un divorsio discreto pero calamitoso.
El jet set dominicano, durante esta gestión, aun cuando no tuvo una Primera Dama auténtica, tuvo ocasionalmente en ese rol a la esposa del doctor Jaime David Fernández Mirabal, para no dejar solo al Presidente en ocasiones en que era necesario.
Tal vez peco de frivola, pero qué terrible es vivir sin Primera Dama,.. con “quehaceres” que generen noticias, primeras páginas en los diarios…y que pueda competir de tú a tú con otras Primeras Damas del mundo. Eureka…. El Presidente Leonel Fernández, asertivisimo, se casó. El Palacio y a su gobierno adquirieron perfil de familia, dando a los dominicanos una Primera Dama, auténtica, enérgica, filantrópica, sensible, real y virtual, tan activa como la que más de America Latina y El Caribe.
En este activismo de las Primeras Damas de America Latina, Margarita Cedeño de Fernández ya tiene su camino labrado. La Primera Dama Cedeño de Fernández, se ve bien, hace su trabajo, con empeño. Digamos solo le falta un poquitín de “Chic” de Primera Dama…sería magnifico verla con jeans, y dándole jaloncitos de orejas o haciéndole bochecitos al Presidente Fernández, tomarlo de la mano, besarlo en público, decirle cositas como “Papi, limpiate la boca que se te corrió el cachu”… o algo por el estilo y que esto trascienda a la prensa, que algún paparazzi dominicano de la media isla los atrape y se les vea como lo que son, una pareja feliz, que transmiten humanidad, afecto. La Republica Dominicana necesita que sus figuras publica demuestren el amor que pregonan al pueblo, con ejemplos de amor en sus familias. Margarita Cedeño de Fernandez, luce por demás buena estratega, proyecta dulzura y sapiencia, pues no le vendría mal que un día nombre al Presidente Fernández por su nombre…aunque sea en privado mientras juntos trazan estrategias comunes. “Leonel deja las feministas de mi cuenta yo me encargo de ellas”…. O que en televisión ella pondere los logros de Fernandez afirmando
“mi marido piensa mucho en la niñez.,", por ejemplo.
La imagen de una Primera Dama, seriota, formal sin vocación extensiva hacia los sectores del pueblo no le conviene a ningún gobierno, tampoco malgastadora o en los extremos como la de Alan García. Margarita Cedeño de Fernández, puede marcar la diferencia y las respectivas distancias, ella tiene madera y carisma, bien puede ganarse la simpatia de los “jevitos” y de los tígueres buena gente de los barrios marginados.
Sería novedoso y a tono con la efervescencia que vive Europa y Latinoamérica con sus Primeras Damas, donde algunas ya son Presidentas, que nuestra Primera Dama, se destape como candidata a la Presidencia para el 2012, aunque el que una mujer se convierta en Presidenta no cambia las relaciones patriarcales existentes. Pero en el caso de Dominicana al menos tendríamos un palacio más coqueto.
Lo vislumbro: El mano a mano entre la doctora Milagros Ortíz Bosch, y Margarita Cedeño de Fernández, en estos momentos las únicas dos mujeres presidenciables de República Dominicana, será tremendo… Para las feministas radicales, de izquierda y de derecha, apostar a una de las dos pasará a ser una verdadera “Defensa de Damas”.