La creciente feminización de la epidemia es un reflejo de las desigualdades culturales, sociales, económicas y jurídicas que exponen a las mujeres y las niñas a un mayor riesgo de infección.
Tiene la transmisión del virus una vinculación importante con la desigualdad entre sexos y la violencia que se vive en las parejas. La infección por VIH/SIDA es el problema de salud más grave que sufren las mujeres obligadas a prostituirse.
A partir de este dato insoslayable, se hace imprescindible la necesidad de establecer campañas de prevención que contemplen la problemática de género, aseguran expertos.
La aplicación del patrón epidemiológico de los países desarrollados al resto del planeta tuvo, como consecuencia, que las mujeres no fueran consideradas una prioridad en la definición de las políticas públicas de prevención del VIH/SIDA.
Un desafío aún pendiente de comunidades, espacios educativos, familias, y áreas como la psicología y la sociología es la construcción de relaciones de género más equitativas.
Erradicar toda forma de intimidación sexista, asegurar el acceso de las compañeras a los recursos, servicios de salud y educación, e impulsar acciones positivas para fortalecer su participación en la toma de decisiones, son estrategias indispensables para tratar de detener la epidemia.
También promover la igualdad de acceso a tratamientos antirretrovirales, y garantizar que los programas terapéuticos sean asequibles, flexibles y adaptables.
Asimismo es necesario incorporar activamente a las mujeres en el debate sobre el uso del preservativo, e incluir a los hombres en los temas vinculados con la procreación, la anticoncepción o la transmisión vertical del SIDA, una enfermedad cuya única vacuna es la buena información.
A pesar que en los últimos años mucho se avanzó en el conocimiento de la afección, mecanismos inmunológicos, formas clínicas, tratamiento de infecciones oportunistas, empleo de drogas antirretrovirales y la constante lucha por prevenir la expansión del mal, lo cierto es que los devastadores números del VIH no dejan de crecer.
Uno de cada 100 adultos de edades comprendidas entre los 15 y los 40 años está infectado por el virus que provoca SIDA y solamente una de cada 10 personas infectadas sabe que lo está.
De acuerdo con el último informe del Programa de Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), en la actualidad hay 33,2 millones de personas viviendo con el mal, de las cuales la mitad son del sexo femenino.
La cantidad de nuevos casos en el 2007 fue de 2,7 millones, y el número de fallecidos en lo que va de año como consecuencia de la dolencia sobrepasó los dos millones.
El SIDA continúa asolando el continente africano, que concentra a unos 22,5 millones de personas enfermas, lo que supone el 68 por ciento a nivel global. En países como Swazilandia, Lesotho y Bostwana, más del 35 por ciento de los adultos tienen el virus.
*Doctora en Medicina. Periodista de la Redacción de Ciencia y Técnica de Prensa Latina.