Muchas veces pensamos que en nuestra casa estamos totalmente a salvo de los contaminantes ambientales, sin embargo, no siempre nuestro hogar es el sano refugio esperado, pues todos los aparatos domésticos que queman combustible (calentadores de agua, estufas, fogones hornos de cocina de gas, braseros de leña) consumen oxígeno y producen monóxido de carbono.
En los aparatos que funcionan con gas el consumo de oxígeno y la producción de monóxido de carbono se incrementan peligrosamente cuando éstos queman mal por falta de un mantenimiento adecuado. En estos casos, la llama del quemador se hace cada vez más amarilla y menos azul, y se puede ver el hollín en el quemador.
En una habitación con escasa o ninguna aireación, donde un aparato quema combustible, aumenta rápidamente la concentración de gas CO en el aire. Cuando las personas respiran el aire de este ambiente el riesgo de intoxicación por monóxido de carbono llega a su punto máximo.
Con cada comida preparada tu cocina se contamina con un poco de humo, hollín y posiblemente monóxido de carbono.
Un cierto grado de monóxido de carbono existe normalmente en las casas, y el nivel producido por las estufas de gas no es suficiente que enferme tu familia, pero si inhalas niveles altos en tu casa puede resultar fatal o causar fatiga, dolores de cabeza, desorientación, somnolencia, náuseas y otros síntomas parecidos a la gripe.
Si los quemadores de la estufa están debidamente ajustados el nivel de monóxido de carbono producido no será peligroso, pero caso contrario puede hasta causar la muerte. El Centro Estadounidense de Control y Prevención de Enfermedades estima que más de 15,000 personas llegan a la sala de emergencias cada año debido a envenenamiento por monóxido de carbono.
CONSEJOS PARA DESINTOXICAR TU COCINA:
. Revisa los quemadores: si la flama es amarillenta, puede significar que tu estufa está liberando demasiado monóxido de carbono. Si esto es constante, llama al fabricante o plomero para averiguar si se requiere un reajuste.
. Si todavía no has comprado una estufa, elige una con campana de ventilación. Si ya tienes una campana, límpiala, para que pueda absorber suficiente humo y grasa y proteger tu salud.
. Sumerge el filtro de la red en agua caliente con jabón (usa un limpiador multiuso o jabón líquido). Luego enjuágalo y déjalo secar. O colócalo en el cajón superior de tu lavaplatos, en el ciclo normal.
. Limpia también las rejillas del ventilador de la campana de preferencia con un trapo húmedo limpio.
. Para reducir la exposición a humos irritantes, te recomendamos dejar de utilizar productos de limpieza con químicos que tienen olor muy fuerte. Úsalos únicamente en áreas ventiladas de tu casa, tal como lo indican las instrucciones en al etiqueta. O emplea un producto multiuso libre.