Se estima que entre los 3 y los 5 años de edad los niños aprenden un promedio de nueve palabras diarias, se expresan mejor en su cotidianidad y la mayoría utiliza oraciones completas.Por eso, si estaba acostumbrado a las respuestas sencillas, de una o dos palabras de su pequeño parlanchín, se sorprenderá su nuevo repertorio. Ahora usa otros términos y, lo mejor de todo, los ubica en el contexto apropiado.
En esta etapa de la vida el lenguaje de los niños no es sólo mayor, sino más profundo. A medida que descubre los significados de palabras comunes ("justo" puede significar honesto, pero también apenas) ajusta sus definiciones a ellas. Cuando un niño escucha la palabra "isla" tal vez tiene la imagen de un lugar con playa, brisa y mar, pero con el tiempo descubrirá que además se trata de una porción de tierra rodeada de agua.
LAS CAPACIDADES LINGÜÍSTICAS:
Según van desarrollando sus capacidades lingüísticas, los niños ya no patean cuando algo les moleta o incomoda, sino que expresan con palabras lo que sienten. Si alguien no comprende sus palabras son capaces de encontrar frases alternas para hacerse entender. Su habilidad para responder de forma clara cualquier interrogante hace más fluido el diálogo y esto favorece la interacción con otros niños de su edad.
Las capacidades lingüísticas son un buen agente del éxito escolar. Los niños con fluidez verbal dominan mejor la lectura y tienen una mayor facultad para comprender frases comparativas como "el más grande" o "el más pequeño". Igualmente, estimulan la comprensión del lenguaje de matemática.
La capacidad para expresarse varía enormemente. El aumento del vocabulario de un niño puede detenerse mientras se perfecciona su coordinación motora fina. Pero, con el tiempo, usted notará que su reseña acerca de una película o de la jornada escolar es más clara y detallada que antes.
JUEGO DE PALABRAS:
La expansión de palabras se desarrolla a medida que usted le habla, juega con él y le lee historias y cuentos.. Es importante crear las oportunidades para facilitar la amplitud de su vocabulario. He aquí algunas estrategias útiles:
Diversión: Una manera de expandir su lenguaje es responderle o hablarle a manera de juego con palabras desconocidas. Por ejemplo, si un niño se raspa una rodilla, pregúntele ¿es enorme la herida? ¿abultada? ¿minúscula?
Frescura: Verbalizar las acciones es un buen modo de enseñar nuevas palabras: "Voy a partir el melón y lo dividiré en cuatro pedazos". Busque maneras originales de expresar solicitudes comunes: "Por favor, presentarse inmediatamente a desayunar, después de ponerse los zapatos."
Pretensión: El juego imaginario alimenta el desarrollo del lenguaje. Cuando su hijo imagine que es un médico o el dueño de un almacén, narre todo lo que está haciendo. Luego, él relatará en voz alta el momento en que escucha los pulmones de su paciente o cómo va a distinguir las vitrinas de su almacén.
La lectura: Después de leer en voz alta la página de algún libro de cuentos, haga que su hijo continúe la narración. Puede utilizar pistas de imágenes y hacerle adivinar qué ocurre en ellas.
Para los que hablan poco:
Si cuando su hijo está en edad preescolar no es tan fluido verbalmente como usted quisiera, ello no significa que exista algún retraso en el desarrollo de su lenguaje. Si es capaz de seguir directrices y comprender lo que usted dice y lee, tal vez se trate de un niño tímido y poco conversador. Estimúlalo con las siguientes estrategia, para que se motive a hablar:
. Encuentre el momento propicio para iniciar la conversación, ya sea durante una caminata o mientras lo baña. Asegúrese de que preste atención.
. Haga pausas cuando se dirija a él, de modo que tenga un espacio para responder.
. Dedíquele tiempo. Cuando su hijo inicie la conversación, continúe el diálogo, agregue información o haga preguntas.
. Déle espacio para que exprese sus emociones. Pregúntele qué piensa acerca de algo o comente acerca de cómo se sentiría él en una situación similar.