Así lo afirmó Ángel Mejía, Director del Sistema Nacional de Escuelas Libres, al cierre de un acto en el Centro de Estudios Fe y Alegría de Sabana Perdida, donde decenas de mujeres se congregaron este domingo para recibir con algarabía el título que las acredita como expertas en repostería y decoración de platos.
Con las de Sabana Perdida ya son 300 las mujeres certificadas por Escuelas Libres en el arte de preparar bizcochos y platos con exquisita presentación.
Proceso
Mejía explicó que aunque el programa que dirige está orientado fundamentalmente a niños y jóvenes, instituciones comunitarias de todo el país han estado solicitando cursos destinados a los adultos, especialmente en las áreas de gastronomía, artesanía, bisutería, decoración de interiores, pintura en tela, pintura en cerámica, joyería elaboración de cojines, fabricación de velones aromáticos y diseño de modas, destacando que los de pastelería son los más requeridos.
"Cuando se inician las clases de fabricación de bizcochos y decoración de platos en una comunidad, se reúnen hasta doscientas mujeres que cursan entre tres y seis meses de estudios", dijo Mejía.
"Sus maridos también las ayudan en el proceso porque después ponen una vitrina al frente de la casa para vender sus productos o empiezan a recibir pedidos para bodas y cumpleaños, convirtiendo sus nuevos saberes en oportunidades para establecer pequeños negocios que aumentan los ingresos de la familia", agregó.
Mejía indicó que estos cursos son impartidos por la profesora Elenis Altagracia Heredia con el apoyo de la Fundación Camino de Luz, la cual facilita las estufas y parte de los utensilios que se necesitan.
Integración comunitaria
Al referirse al impacto de los cursos de gastronomía y elaboración de bizcochos en los barrios populares, el Director del Sistema Nacional de Escuelas Libres agregó que los mismos han servido además como elemento integrador entre las familias.
Al final de cada curso se hace una feria del bizcocho que es motivo de fiesta y encuentro, entonces a la exhibición de platos y pasteles se agregan presentaciones artísticas con los jóvenes de la Escuela Libre y al final todos saborean el manjar.
"Es que ya la cultura dejó de ser sólo arte y literatura, para cumplir un nuevo rol de integración social", concluyó Mejía respecto a un proyecto de la Secretaría de Estado de Cultura que se ha establecido en 48 localidades del país, dando servicio permanente a siete mil alumnos, entre niños, jóvenes y adultos.