Las fechas y ciudades concretas en las que tendrán lugar las "invasiones pitufas" no han sido desveladas por la organización, que las irá publicando en su página web. En cualquier caso, parece que 2008 será un año teñido de azul por el amplio programa conmemorativo del 'Pitufo Aniversario', que incluye eventos como una gran muestra al aire libre, exposiciones itinerantes por varios países europeos, o la publicación de un nuevo álbum.
Medio siglo 'pitufando'
En sus cinco décadas de vida, los personajes de Peyo -seudónimo de Pierre Culliford (Bruselas, 1928-1992)- han alcanzado la fama mundial gracias a la repercusión de sus cómics, a las figuras coleccionables inspirados en ellos y sobre todo, a la adaptación televisiva de la serie realizada por Hanna-Barbera en 1981.
Los Pitufos vieron la luz el 23 de octubre de 1958 como personajes secundarios en un número de la serie Johan et Pirluit, publicada por el autor belga en la revista Le Journal de Spirou, y un año más tarde protagonizaron su primer título propio: Los Pitufos negros (Les Schtroumpfs noirs).
En España, las aventuras de los duendes fueron publicadas en catalán como Els Barrufets por vez primera en 1967, tres años antes de aparecer en castellano como Los Pitufos. Sus 15 álbumes y su primer largometraje de animación obtuvieron un gran éxito comercial en Bélgica y Francia, pero no fue hasta los años 80 cuando los personajes de Culliford fueron universalmente conocidos, gracias a una serie de animación producida por la cadena norteamericana NBC.
Historieta controvertida
Aunque vendió los derechos audiovisuales de su obra, Peyo se reservó el control de cada uno de los 272 episodios creados para preservar su espíritu original, que marcó el imaginario de varias generaciones de telespectadores, y que no quedó exento de controversias y debates acerca de su orientación ideológica.
En la sociedad pitufa, basada en los valores comunes y en el respeto al medio ambiente en lugar de en leyes, algunos vieron una apología del comunismo, mientras que otros tacharon a Peyo de xenófobo y colonialista a raíz del álbum Los Pitufos negros.
Los herederos del autor, su mujer e hijos, que acudieron al acto de presentación, negaron cualquier filiación política de su obra. Según afirmó su hijo Thierry Culliford, Peyo "nunca tuvo interés alguno por la política y ni siquiera leía los periódicos, aunque en sus obras plasmaba lo que percibía de su entorno".
Un ejemplo de ello es el título Le Schtroumpfissime, que guarda similitudes con la compleja situación política de Bélgica. En él, dos comunidades de pitufos que hablan lenguas diferentes -equiparables a los flamencos y a los valones francófonos- no alcanzan ningún acuerdo cuando tratan de elegir democráticamente a su líder.
Medio siglo después de su nacimiento, los hombrecillos azules ataviados con pantalón y gorro blanco siguen vigentes y generando beneficios económicos mediante los más de 3.000 productos inspirados en ellos como juguetes, golosinas, videojuegos o discos, de los que se han vendido 40 millones de ejemplares en todo el mundo.