CUIDADOS QUE REQUIERE:
El cuidado de la espalda debe hacerse desde dos puntos de vista; el de la belleza y el de la salud. Al no verla con precisión parece que está perfecta y muchas veces no es así, por eso debemos tratar de mirar o hacer que alguien la examine para saber exactamente cómo está esta parte de nuestro cuerpo.
El primero tiene que ver sobre todo con la piel de esta importante y sensual zona del organismo, la cual hay que procurar mantener suave, acariciable y libre de impurezas y malformaciones. Hay que acostumbrarse a cuidar la espalda diariamente, utilizando en la ducha un cepillo largo de cerdas suaves y no olvidar de aplicar la crema o leche nutritiva para el cuerpo.
En cuanto a la salud, lo fundamental es adoptar una postura adecuada, manteniendo la columna derecha, la cabeza alta, no inclinada hacia atrás, los hombros recto, el pecho erguido, el vientre igualmente recto y la pelvis horizontal.
El estrés, la mala postura y la falta de ejercicio son factores que afectan con facilidad esta delicada y vital área del cuerpo.
CUIDADOS DE BELLEZA:
Puntos negros o granitos: En este caso la limpieza ha de ser a conciencia. En la ducha o baño diarios frotar enérgicamente con un guante o banda de crin. La piel de la espalda enrojecerá, pero es la única forma de que estos pequeñísimos microbios desaparezcan. Esta limpieza puede efectuarla dos veces a la semana, mientras que los otros días puede hacerlo con una toallita. Pasar luego un algodón empapado en zumo de limón o una loción astringente. Hacer un peeling semanal.
Después de una ducha caliente con el correspondiente enjabonado y fricción, tomar la última ducha con agua fría.
Después del baño y de una enérgica fricción, frotar con la misma fuerza con colonia de 90º o con alcohol de romero.
– Usar jabón de almendras, alcanfor o cualquier jabón astringente.
– Aplicar una crema astringente para cutis durante una semana
– Aplicar una crema hidratante después de la primera semana del tratamiento.
Mascarilla purificante:
Batir una clara de huevo a punto de nieve y mezclarla con zumo de limón, extender por la espalda manteniéndola hasta su secado. Retirarla con una ducha.
Para regenerar la piel después del baño, aplicar una crema regeneradora de cutis. Hay que procurar aplicarla sin extenderla demasiado para que la piel la absorba al máximo. Usar en el baño jabones que contengan lanolina.
Celulitis: Igual que los muslos y las caderas es una de las zonas más propensas a sufrir celulitis; por esto, no espere a la aparición de los primeros síntomas: Prevenga la celulitis dándose masajes diariamente con un guante de crin para activar la circulación y destruir los nódulos de grasa, agua y toxinas, depositados sobre todo en su parte baja.
Cuidados del Sol: Es indispensable protegerla también de los rayos solares; si bien es cierto que una espalda broceada luce espectacular, el sol debe tomarse con moderación; de lo contrario, un color hermoso puede fácilmente convertirse en una quemadura perjudicial para su piel. Para evitar daños irreparables, tome las medidas pertinentes
Manchas blancas: En algunos casos algunas mujeres, a cualquier edad, las tienen. Son pequeños hongos que se pueden adquirir, al ser contagiosos, en piscinas, ríos y en toallas que hayan sido utilizadas por alguna persona afectada.
En este caso la solución es aplicar en todas y cada una de las manchas, por medio de un pincel, una solución que se prepara en las farmacias de alcohol yodado. Pasados menos de diez días, las manchas habrán desaparecido.
Una buena Postura:
Para mantener una buena postura no es necesario que usted permanezca rígida, con la espalda totalmente recta, cosa difícil de conseguir, pues esta es una posición antinatural. La clave esta en una perfecta alineación, es decir, la espalda debe curvarse ligeramente hacia adentro en el extremo superior, sobresaliendo a la altura de los hombros, para volver a proyectarse hacia adelante por detrás del estómago, concluyendo en otra pequeña curva afuera en el extremo inferior. Recordemos que la forma natural de la espalda es la de una S doble.
Todas las curvaturas le dan a la espalda mayor fuerza y flexibilidad desde el punto de vista anatómico y le permites resistir los golpes y movimientos bruscos. Hay que tener en cuenta, además, que los dolores son el resultado de desviaciones provocadas por una postura incorrecta.
La espalda no está en capacidad de soportar grandes esfuerzos: Estos podrían acarrearle dolorosos espasmos que pueden llegar a confundirse con fracturas o enfermedades mucho más graves.