El cerebro depende, más que ningún otro órgano de un adecuado aporte de oxígeno a través de la circulación. Para ello, tiene gran cantidad de vasos sanguíneos y múltiples mecanismos para mantener constante la cantidad de sangre que circula por él y para garantizar una correcta oxigenación aun en situaciones anormales.
Así como se dice que una persona que sufre una pérdida de flujo sanguíneo al corazón tiene un ataque cardiaco, puede decirse que alguien que padece de un pérdida de flujo sanguíneo al cerebro o una hemorragia repentina en ese vital órgano tiene un "ataque cerebral".
A esta situación en la cual el cerebro no recibe el oxígeno requerido y que se le denomina como Accidente Cerebrovascular (ACV) , también se le conoce como }Infarto Cerebral o Hemorragia Cerebral.
Los ACV se Manifiestan de forma brusca, aunque con una duración variable. Si dura menos de 24 horas, recuperándose completamente, se habla de un Ictus Transitorio (Accidente Isquémico Transitorio o AIT).
DIAGNÓSTICO:
El diagnóstico se basa en los síntomas, que son muy variables, y que pueden ir desde una pequeña lesión que se traduce en una pérdida de fuerza transitoria, hasta una afectación motora mucho mayor, pérdida de visión, problemas de habla etc. Dependen del vaso y zona del cerebro afectada. Suelen referirse a una mitad del cuerpo, la opuesta a la lesionada, en la que aparecen pérdida de fuerza, hormigueo, insensibilidad completa, movimientos automáticos. También pueden aparecer alteraciones del lenguaje, visuales (con visión doble), etc.
Aún cuando los mareos y vértigos pueden deberse a un Accidente Cerebrovascular, podrían estar originados por otro tipo de patología.
Después empieza un periodo, de duración muy variable, de recuperación, parcial o total, de las funciones perdidas
FACTORES DE RIESGO:
Todos aquellos que inciden en la enfermedad cardiovascular: hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo, obesidad y colesterol elevado.
Para establecer las causas del ACV y las posibilidades terapéuticas, pueden requerirse, exámenes oculares, electrocardiogramas, electroencefalograma, tests motores o radiografías.
PRONÓSTICO:
En aquellos casos no mortales, que dejan secuelas importantes, la capacidad del cerebro para, tras un buen tratamiento rehabilitador, recuperar las funciones perdidas es muy grande, por lo que no se pueden valorar las lesiones que quedarán definitivamente hasta aproximadamente un año después del incidente.
Las complicaciones de un ACV dependerán de los factores que lo han motivado. Las más importantes derivan de las posibles secuelas (parálisis, alteraciones del equilibrio…), afección en la voz, infecciones y hasta muerte cerebral.
TRATAMIENTO:
Podemos distinguir, en el apartado del tratamiento; aquellos encaminados a solucionar o reducir los efectos del ACV, fundamentalmente quirúrgicos, y no aplicables en todos los casos y aquellos encaminados a conseguir la recuperación más amplia posible de las funciones perdidas por el ACV., fundamentalmente técnicas de rehabilitación y estimulación.
Hay otros orientados a evitar un segundo episodio, usualmente médicos como antiagregantes, anticoagulantes, antiarrítmicos cardiacos,
PREVENCIÓN:
Controlar los factores de riesgo mencionados.
Desde el punto de vista preventivo los mencionados Accidentes Isquémicos Transitorios son muy importantes, ya que suelen preceder a lesiones más importantes, e indican la necesidad de instaurar un tratamiento médico preventivo.