Durante muchos años, los médicos han dicho que alguien tiene la presión de 140/90 mm de Hg o más alta está expuesto a un gran riesgo de un derrame cerebral o de desarrollar problemas en los riñones. Pero a medida que la mayoría de los científicos aprenden sobre cómo la hipertensión puede afectar varias arterias y órganos más creen que el daño comienza desde antes que la persona llegue a tener esos límites de la presión.
Según un estudio publicado recientemente por el National Herat Lung and Blood Institute, de los Estados Unidos, en donde se revisaron los niveles de presión arterial de 45 millones de personas que los tenían entre los 139/89, se llegó a la conclusión de que esos valores, que antes eran considerados entre los límites normales, hoy podrían indicar que son prehipertensas.
Lo anterior no significa que quieres tienen su presión arterial entre estos niveles deben tomar medicamentos de antihipertensivos, sino que la prehipertención debe ser tratada cambiando el estilo de vida, con ejercicios, pérdida de peso y una dieta más balanceada y nutritiva.
RIESGO DE PREHIPERTENSIÓN:
Los pacientes prehipertensos tienen mayor probabilidad de tener hipertensión desarrollada y sus complicaciones relacionadas, incluyendo enfermedad renal, ceguera y enfermedad de Alzheimer. Los datos también muestran que los niveles de presión arterial alguna vez considerados normales portan un alto riesgo de enfermedad cardíaca y apoplejía.
Específicamente, los estudios indican que el riesgo cardiovascular aumenta a medida que la presión arterial se eleva por encima de 115/75 mmHg. De hecho, su riesgo se duplica por cada aumento de 20 mmHg de la presión sistólica o con cada aumento de 10 mmHg de presión diastólica.
¿QUIÉNES DEBEN HACERSE LA REVISIÓN:
De acuerdo con el National High Blood Pressure Education Program, todos deben hacerse una revisión de la presión arterial por lo menos una vez cada dos años. Si su presión arterial está por arriba de lo normal (es decir, mayor que 120/80 mmHg) puede ser que su doctor le recomiende volver a revisarla con más frecuencia.
También puede ser que las personas con alto riesgo de hipertensión necesiten lecturas más frecuentes según lo recomiende un médico. Los factores de riesgo incluyen antecedentes familiares de la enfermedad, ser de raza afroamericana, estar por encima del peso normal o ser mayor de 50 años de edad.
TRATAMIENTO PARA LA PREHIPERTENSIÓN:
A diferencia de la hipertensión, el tratamiento para la prehipertensión normalmente no incluye medicamentos – a menos que exista otra afección de alto riesgo tal como la insuficiencia cardíaca, enfermedad de las arterias coronarias, apoplejía, diabetes o un trastorno renal. De otra manera, la base de la terapia para la prehipertensión es el cambio de estilo de vida, que ayuda a retardar o prevenir el avance hacia la hipertensión.
El National High Blood Pressure Education Program recomienda:
Perder el exceso de peso. Los estudios muestran que cada 10 libras de peso perdido están asociadas con una caída promedio de la presión arterial sistólica de hasta aproximadamente 10 milímetros de mercurio.
Aumentar la actividad física – por lo menos 30 minutos la mayor parte de la semana. Primero obtenga la aprobación de su médico si es que no está acostumbrado al ejercicio.
Llevar una dieta saludable. El consumo diario de alimentos debe ser bajo en grasas saturadas y en colesterol y rica en granos enteros, frutas y verduras y productos lácteos bajos en grasa.
Reducir el consumo de sal – no más de 2.4 gramos (g) de sodio (el equivalente de casi una cucharada cafetera de sal de mesa) al día.
Limitar el consumo de alcohol. Esto significa no más de dos bebidas al día para hombres y una para mujeres.
Algunos estudios han probado que la llamada dieta Dash, que hace énfasis en frutas, vegetales y pequeñas cantidades de nueces, baja la presión arterial.