El directivo de Crop & Food, el doctor Colin Eady, aseguró que el avance científico supone una solución mejor que las cebollas "suaves", que no provocan lágrimas, pero que tampoco tienen el mismo sabor. Eady explicó que esto se debe a que "tienen bajos niveles de componentes sulfúricos, que son propiedades sanas y sabrosas de la cebolla". Eady adelantó que "aumentarán" tanto el sabor como el factor saludable de la hortaliza.
Para lograr mantener el sabor, pero eliminando las lágrimas, la nueva cebolla ha sido elaborada silenciando el gen que produce la enzima que pone en funcionamiento las glándulas lacrimógenas. La cebolla suelta esta enzima al ser cortada, dando paso a una cadena de reacciones químicas que resultan en una sustancia irritante que estimula las glándulas de los ojos, provocando las lágrimas.
Para probar la eficacia del "invento", los investigadores aplastaron cantidad de cebollas en el laboratorio, sin que a ninguno de ellos le cayera una sola lágrima, informó el diario "New Zealand Herald".
La novedad ha provocado muchos comentarios en diferentes círculos a nivel internacional después de que Eady y su equipo la presentaran en el "5º Simposio Internacional sobre Aliáceas Comestibles". Además, el asunto es portada en el periódico de la Unión Internacional de Comercio de Cebolla, el "Onion World".
En una de las entrevistas que aparece en el interior, el doctor Michael Havey, profesor de horticultura en la Universidad de Wisconsin, asegura que la nueva cebolla será un elemento "fundamental" en las cocinas familiares de todo el mundo. Añadió que el trabajo del doctor Eady es "el tema número uno en todos los debates".
Sin embargo, el propio Eady ha aclarado que la cebolla sigue en fase de desarrollo, por lo que seguirá habiendo llantos en la cocinas durante al menos la próxima década.
El prestigioso cocinero de Auckland Harry Tahana también manifestó que es un gran invento, aunque desveló que en las cocinas comerciales evitan el problema de las lágrimas utilizando cebollas "pre preparadas" o manteniendo las cebollas en el frigorífico para reducir su efecto.