Desde el siglo XIX se introdujo el intercambio de postales producidas masivamente. A esta práctica se sumó el dar otro tipo de regalos como rosas y chocolates, normalmente regalados a las mujeres por parte de los hombres.
En esta época tanto la tradición como el tipo de regalos han cambiado notablemente, pues ya no suelen aparecer las parejas en los parques, exhibiendo sus atuendos rojos o llevando una flor como símbolo de amor.
Por otro lado hay dos vertientes diferentes del llamado Día de los Enamorados, o -día de los desesperados- pues algunos dejan ganancias sustanciosas a los comercios, mientras otros deciden provocar peleas horas antes del famoso 14 de febrero, evitando así, el gasto en que se incurre en este día.
Un poco de historia
La fiesta de San Valentín fue declarada por primera vez alrededor del año 498 por el Papa Gelasio I. Decir que la creación de esta festividad puede haber sido un intento de eliminar la celebración de las Lupercales, festividad pagana celebrada el 15 de febrero, como dicen algunos, no tiene según sentido, pues al tener cada día del año católico un santo es evidente que este corresponde a alguna de las innumerables fiestas del calendario romano, a veces cuatro al mes.
Según la Enciclopedia Católica, el santo cuya festividad cayó en la fecha conocida hoy como Día de San Valentín fue posiblemente uno de los tres mártires que ejecutados en el año 270 d.c durante el reinado del Emperador Claudio II.
Presencia de Cupido en San Valentín
En la mitología romana, Cupido es el dios del amor.
Equivale al Eros de la mitología griega, y a Kāmadeva en la mitología hindú.
Es hijo de Venus y de Marte. Se le adjudica la creación de amores y pasiones entre los mortales y suele ser representado por un niño alado (parecido a un ángel de la mitología cristiana).
Al ser hijo de los dioses de la guerra y del amor, Cupido resulta ser el dios de los enamorados, creando de esta manera un balance entre el amor y la tragedia.