Un investigador estadounidense describe del siguiente modo el estado actual del estudio de las fuerzas autocurativas: "De la misma forma que el arco iris, los rayos y las estrellas resultaban enigmáticas en los siglos en los que todavía se desconocían la física moderna y la astronomía, nosotros continuamos sin comprender los aspectos del alma humana, a pesar de la tecnología tan sofisticada que tenemos a nuestra disposición. Pero ¿podemos ignorar el papel de los sentimientos, las esperanzas, las ganas de vivir y el calor humano sólo porque resultan muy difíciles de demostrar?"
David Felten es un psiconeuroinmunólogo de seriedad reconocida. Fue el primero en demostrar la existencia de cambio de informaciones entre el cerebro y el sistema inmunológico, es decir, que los pensamientos y los sentimientos pueden influir de forma decisiva en las defensas del cuerpo. Ahora, este investigador ha descubierto algo nuevo que empieza a penetrar en la mentalidad de los médicos: la importancia de los factores sociales en nuestra salud.
Lo verdaderamente sorprendente es que este comportamiento social no sólo refuerza el proceso curativo del enfermo, sino también la salud de sus cuidadores. El efecto psicológico que emana de la solidaridad fluye en ambas direcciones; así, quien se siente bien suele ayudar a otros. Y quien hace esto luego se siente bien. Esta clase se sentimientos positivos potencia la salud, lo que a su vez tiene una explicación fisiológica, pues provienen de las endorfinas que segregan.
La nueva línea de pensamiento de la medicina muestra que lo relevante es enfrentarse a la vida con optimismo y espíritu combativo. Con ello se puede no sólo mantener alejadas ciertas enfermedades del cuerpo, sino también activar las fuerzas autocurativas en caso de enfermedad.