El doctor Esteban Carmuega, médico pediatra y director asociado Instituto Danone del Cono Sur, en Argentina, asegura que la alimentación de la futura mamá es clave para la salud del bebé.
Al ser entrevistado por la revista argentina Pro Salud News, el especialista dijo que varios trabajos realizados han demostrado que los bebés que tuvieron condiciones de nutrición adversas durante la gestación y que, como consecuencia de las mismas nacieron con un peso inadecuado para su edad gestacional, son más proclives a padecer enfermedades cardiovasculares crónicas durante su vida adulta.
Entre las afecciones que pueden afectar a estos infantes se destacan la hipertensión arterial (HA), la diabetes tipo 2, la enfermedad coronaria y ciertos tipos de cáncer.
De su lado, David Barker, médico británico, profesor de epidemiología clínica; hace 20 años relacionó por primera vez la elevada mortalidad y la alta incidencia de afecciones cardiovasculares de algunos distritos de Estados Unidos con la mala nutrición y el bajo peso al nacer, dando forma a la teoría conocida como "Hipótesis de Barker acerca de los orígenes tempranos" o, en inglés, "The Barker Early Origins Hypothesis".
Este primer nexo dio paso a lo que se conoce como "Programación fetal", un concepto que hace referencia a las consecuencias que provoca -a futuro- la disminución de los nutrientes que requiere el feto durante los nueve meses de gestación.
La programación fetal -que a su vez ha dado origen a una importante cantidad de investigaciones en distintos países del mundo- se sustenta en un principio según el cual los seres humanos cuando están en el útero materno tienen la capacidad de adaptarse; pero las adaptaciones producidas durante el desarrollo temprano tienden a ocasionar efectos permanentes en la estructura corporal y el metabolismo.
Por esa razón, si la madre no tiene los cuidados adecuados, enviará señales a su hijo acerca del entorno en donde nacerá; el cual resultará adverso. De esta forma, el bebé responderá con adaptaciones tales como la reducción del tamaño corporal y la alteración de su metabolismo.
Relevancia de esta teoría
Establecer conexiones entre la vida intrauterina y la salud a futuro es importante porque el conocimiento sobre las implicancias de la nutrición al nacer y el período gestacional abre una puerta en lo que respecta a la prevención; sin dejar de tener en cuenta otros factores de riesgo que intervienen en el desarrollo de las diferentes enfermedades y que exceden a esta cuestión.
No obstante, no se debe obviar que estos factores de riesgo -como por ejemplo la "herencia"- se sobreimprimen sobre alguna impronta que hace más susceptibles a determinados seres humanos que a otros, y esa impronta también tiene que ver con la nutrición al nacer.
Desde este punto de vista, todos nacemos con una "receta" que contiene información genética, pero cómo se desarrolle esa receta va a tener que ver con los ingredientes que sean aportados por la placenta en primer lugar, luego por la leche materna (que es la que "toma la posta" de la placenta en cuanto a los nutrientes que aporta) y finalmente por los alimentos que se vayan incorporando.
¿Cómo se manifiesta la carencia de nutrientes?
Cuando por distintas razones la circulación placentaria no es la adecuada, el feto sufre desnutrición fetal y adapta su crecimiento a lo que tiene. Luego, en la vida postnatal, se encuentra en un ambiente muy rico en calorías para el cual ha sacrificado cierta flexibilidad en el manejo del exceso, como parte del precio que ha debido pagar para sobrevivir. Es ahí cuando el entorno le produce un daño que en niños que nacieron con mayor peso no sucedería o sería menos significativo.con mayor peso no sucedería o sería menos significativo.
La imposibilidad de manejar poco al comienzo de la vida y luego en los años posteriores a lo que Barker hace referencia cuando afirma: "Los eventos tempranos castigan fuertemente la incoherencia a lo largo de la vida". Es por esa razón que el grupo conformado por los chicos que tuvieron bajo peso al nacer y sobrepeso en su juventud y adultez es el más complicado alrededor de la cuarta década de vida.
Para dar un ejemplo de los problemas que implica la mal nutrición podemos comentar que todos nacemos con un millón de nefrones por riñón; en cambio, los chicos de bajo peso con muchos menos. Cuando en al vida adulta se los somete a un ritmo de alimentación con un alto contenido de sodio, comienza a hacerse visible su incapacidad para filtrarla y entonces aumenta la prevalencia de hipertensión arterial.
¿Qué se puede hacer para prevenir esta problemática?
Cuidando a la mujer en edad fértil, durante el embarazo y en los primeros dos o tres años de vida del bebé, dado que la formación de los sistemas metabólicos no se completa con el nacimiento, sino que continúa en los primeros años de vida. Por eso también es tan importante fomentar la lactancia materna.
Asimismo, se precisa informar crear conciencia sobre las causas de retraso de crecimiento intrauterino; como son, por ejemplo: la mala nutrición al momento del embarazo, la concreción del mismo antes de la edad de maduración de la mujer y la presencia de problemas vasculares en la placenta, que suelen aparecer cuando la futura mamá fuma, toma alcohol, se alimenta mal durante la gestación o trabaja mucho.