La investigación, liderada por el profesor Andrew Oswald, de la Universidad de Warwick (centro de Inglaterra), indica que los solteros tienden a llevar un estilo de vida poco sano que acaba por recortar su longevidad.
Igual que el personaje de Bridget Jones, interpretado por la actriz Renee Zellweger, las personas que no se casan beben más alcohol porque salen más frecuentemente con amigos, se saltan las comidas y trabajan más porque carecen de pareja que atender.
"El matrimonio te mantiene vivo y el efecto es considerablemente grande", dijo el profesor Oswald al diario "The Independent on Sunday", al subrayar que los riesgos de un soltero pueden ser "similares a los de un fumador".
El estudio se basa en el seguimiento de unos 10.000 adultos de más de 40 años durante la última década de su vida en el Reino Unido.
Seiscientas de esas personas murieron durante el período de investigación, y el equipo dirigido por Oswall comparó los diferentes índices de mortalidad de los hombres y mujeres que estaban casados, solteros, divorciados y viudos.
Los expertos descubrieron que los varones que nunca habían contraído matrimonio, los separados y los divorciados al comienzo del estudio tenían un diez por ciento más de posibilidades de fallecer en los siguientes ocho años de su vida.
Sobre las mujeres solteras, separadas o divorciadas, los investigadores encontraron que tenían un 4,8 por ciento más de probabilidad de morir, en comparación con el cinco por ciento atribuido normalmente a los fumadores
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En reacción al informe, Virginia Ironside, responsable del consultorio sentimental del "Independent", opinó que "es la infelicidad lo que hace que la gente muera antes".
Gaynor Critchley, una modelo londinense de 32 años que viaja mucho por motivos profesionales y no dispone de tiempo para buscar su "media naranja", comentó que si encontrara un amor, llevaría un estilo de vida más tranquilo. Sin embargo, puntualizó la modelo, "prefiero ser feliz sola que infeliz en una mala relación.