Las salidas con amigos son un desafío clave para los fines de semana, que se inicia, generalmente, el sábado. Desde el desayuno (que en algunas ocasiones es el único distendido, relajado y con tiempo de los siete días), hasta la noche, pasando por la tarde si se realizan deportes o actividades sociales, el riesgo de dejar la dieta está latente.
Ésta es la situación que analizaron los investigadores de la Universidad Washington de San Luis, Missouri en Estados Unidos y en base a la cual se propusieron establecer por qué – los sábados son el día más complicado para los que intentan bajar de peso.
Un estudio realizado en Argentina, liderado por la doctora Susan Racette, convocó a 48 hombres y mujeres, quiénes fueron seguidos y controlados durante un año. Incluso, antes de comenzar la experiencia para la cual los voluntarios fueron asignados a tres grupos diferentes, los científicos tuvieron entrevistas con cada uno de ellos durante las cuales recabaron información sobre sus hábitos alimenticios.
Los tres grupos estaban organizados y distinguidos en base al estado de los participantes y la cantidad de sobrepeso que éstos presentaban. Si bien todos continuaron haciendo dieta, los más obesos restringieron su ingesta de calorías en un 20 por ciento, mientras otro grupo aumentó en la misma cantidad el nivel de actividad física. Además, todos (incluidos los del "grupo control"), portaban chips que registraban el ejercicio que hacían y anotaban en sus diarios cada cosa que ingerían.
Al cabo de un año de trabajo Racette y sus colegas hallaron que durante los fines de semana y especialmente los sábados (cuando por lo general comían en restaurantes con amigos)los participantes cometían excesos que representaban, aproximadamente, 200 calorías más por comida y un kilo más en la balanza de los lunes. La actividad física, por su parte, no registró variaciones significativas entre los días de semana y los de descanso.
No caer en excesos o volver rápido al ritmo:
Si bien es prácticamente imposible que una persona lleve adelante una dieta sin tener ningún "atracón", exceso o "recreo", la clave está en retomarla lo más rápido posible. Esto es importante porque si el período de sobrealimentación se extiende más de lo deseado o recomendable, luego resulta complicado volver al ritmo y lograr descensos de peso cómo los que se venían obteniendo. Asimismo, crece la posibilidad de recaer en los fines de semana "libres.
Ese circulo vicioso de "restricción y exceso" que a veces lleva a pensar "bueno, como un poco de más el fin de semana total en la semana compenso", es -según los especialistas- un engaño peligroso que puede combatirse con un simple secreto: disfrutar de la comida todos los días, aprendiendo a relajarse y encontrando el sabor y lo rico de cada plato.
La capacidad para volver a la dieta es algo que no se puede generalizar porque depende de la voluntad de cada persona, sobre todo teniendo en cuenta que no hay un impedimento metabólico ni fisiológico para comer en exceso durante un tiempo y luego dejar de hacerlo.
El hecho de comer excesivamente durante un tiempo y luego encontrar dificultades para volver al ritmo normal, puede tener que ver con razones sociales, anímicas o afectivas de cada persona", explicó a Pro-Salud News el doctor Daniel De Girolami, presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN).
Algunos consejos:
– Si va a un restaurante, procure hacerlo al mediodía pues al tratarse de la comida más importante del día se puede ser más flexible en cuanto a la ingesta de calorías.
– En caso que desee comer postre, compártalo.
– Procure evitar la manteca y el pan.
– Si tiene que ir a cumpleaños, a una fiesta o al supermercado pero sabe que no desea abandonar la dieta, coma una sopa o una fruta antes para evitar la sensación de hambre.
– Pierda lo miedos a los fines de semana, pésese el lunes por la mañana y recomience con las mismas ganas de antes.