El local, cuya capacidad normal es 3 mil personas, se sobrellenó pagando entre 15 y 20 Euros, lo que obligó a que los organizadores eliminaran las barreras que impedían que el público se acercara a la tarima, provocando que durante el largo concierto, el público se abalanzara una docena de veces sobre el escenario para tratar de tocar el artista, lo que en la mayoría de veces fue impedido por la seguridad.
Cual si estuvieran en Santo Domingo, los merengues que El Jeffrey hacía, eran coreados por el público, razones atribuidas por los organizadores a que es el único merenguero dominicano que está sonando en las estaciones locales, y una promoción para el concierto por radio, televisión y afiches de calle, que llevaba más de meses.
En medio del espectáculo subieron al escenario el Alcalde y el Concejal de la Isla, junto a otras autoridades, esto para felicitar al artista, lo que aprovechó El Jeffrey para ponerlo a bailar uno por uno frente a la multitud que los aplaudía tanto al artista como a las autoridades, por la osadía de mover la cintura al compás del merengue "Voy a ser grande".
Sobre los miles de Canarios sobresalían con orgullo unas veintenas de banderas portada por dominicanos residentes que llegaron en barco y en avión de islas aledañas para apoyar la música dominicana. "Yo vine en un barco desde la Isla Lanzarote para verte porque te sigo desde que vivía allá en Monción" gritó a todo pulmón una de las agraciadas en subir a tarima para besar al artista, antes la protestas de otras que tuvieron igual suerte.
Para el sábado el intérprete del merengue "Por Amor", viajaba a Las Palmas, Gran Canarias, y el domingo volaría a España para otras actividades en Madrid.