El Guasmo ya no es el mismo lugar que hace 15 años. Sus calles principales están ahora pavimentadas, la luz eléctrica y los servicios básicos no faltan y un moderno sistema de transporte llega hasta el corazón de esta zona que en algún momento fue tierra de nadie.
Pero no todo ha cambiado en el Guasmo, todavía existen cientos de covachas construidas con caña que se sostienen sobre enclenques pilotes para soportar las crecidas del río Guayas.
Tampoco han variado los problemas sociales que aquejan desde siempre a este barrio que nació como un asentamiento informal de campesinos y que ahora cuenta con 600.000 habitantes y tiene una extensión aproximada de 2.000 hectáreas.
Como en cualquier barriada pobre de Latinoamérica las polvorientas calles sirven de canchas improvisadas para un partido de fútbol, las esquinas son propiedad de los pandilleros y la policía brilla por su ausencia.
El pesado calor que aplasta a Guayaquil en esta época hace que las puertas y ventanas de las casas estén abiertas de par en par dejando escapar un millar de sonidos: la telenovela a todo volumen, un bebé que llora con hambre, un hombre que grita y una mujer que le responde, merengue por aquí, reggaetón y hip-hop por acá, y a lo lejos, casi imperceptible, un dulce violín que repite incesantemente la Danza Húngara de Brahms.
El violín que escuchamos pertenece a Henry Merchán, uno de los 100 jóvenes que forman parte de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Guasmo (OSJG).
"Éramos un grupo de jóvenes que teníamos un par de instrumentos y nadie nos conocía, ahora somos la orquesta más conocida de Guayaquil", comenta Henry a BBC Mundo y afirma que el haber ingresado a la orquesta le cambió la vida.
"He viajado a otros países, he dado conciertos en otras ciudades, tanto con el grupo como solista… yo nunca pensé que la gente me iba a aplaudir".
Merchán lleva seis años en la orquesta, cuando llegó no había tocado las cuerdas de un instrumento, y ahora parece dominarlo, aunque él admite que debe practicar mucho más para cumplir su sueño.
"Mi sueño es ser solista y pertenecer a una orquesta grande como la Sinfónica de Guayaquil", confiesa Henry y su anhelo no es imposible, actualmente dos miembros de la OSJG ya han sido admitidos en las filas de la hermana mayor de la OSJG.
Por lo pronto Henry, de 21 años, está listo para un nuevo reto que lo acercará a su sueño: viajará con una beca de siete días a Venezuela para capacitarse con los maestros de la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela (FESNOJIV) lideradas por el maestro José Antonio Abreu.
Además de Merchán otros dos miembros de la OSJG ya han sido beneficiados con esta beca financiada por la Corporación Andina de Fomento (CAF).
Ejemplo
La OSJG es una iniciativa del Centro de Expresión Musical, un ala de la Fundación Huancavilca, institución que desde hace 15 años trabaja en el Guasmo en diversos proyectos que buscan mejorar la calidad de vida de sus habitantes.