Durante las Navidades los menús se convierten en el centro de atención y esto nos tienta a consumir hasta una 50 por ciento más de las calorías y nutrientes que necesitamos. Las consecuencias de nuestra falta de control con las comidas y las bebidas son diversas, pero principalmente de tipo digestivo: acidez, gases, reflujos, constipación, entre otras.
Las comilonas, generalmente, no vienen solas, sino que se acompañan con el consumo de alcohol: unas cervecitas de aperitivo, unos vasitos de vino durante la comida o la cena y licores con los postres. Al final, hasta sin darnos cuenta, nuestro consumo etílico se torna desmesurado y esto puede ocasionarnos cefaleas, inflamación del páncreas, estreñimiento, trastornos gástricos y hasta hepáticos.
La inflamación de la mucosa del estómago provoca serios problemas que se suelen agravar con el consumo de alcohol de alta graduación como el vodka o el ron, ya que el etanol erosiona las paredes del estómago
También, los "atracones navideños" pueden incrementar los niveles de azúcar en la sangre y por eso las personas que padecen algún tipo de alteración pancreática deben tener especial cuidado con lo que ingieren durante esos días. Lo recomendable es aumenten su consumo de verduras y fibras y eviten tanto como le sea posible el consumo de dulces.
ALIMENTOS O BEBIDAS MÁS TÓXICOS:
La toxicidad no depende tanto del tipo de alimentos como de la cantidad, del abuso. A veces, esas comilonas y atracones que nos pegamos, casi hasta explotar, son las que provocan una acumulación de toxinas en la sangre y alteraciones fisiológicas que surgen a lo largo del mes de enero.
Las mujeres poseen menos agua en el cuerpo, lo que significa que se producen mayores concentraciones de alcohol en sangre y su hígado tiene menor capacidad de metabolizar. Por eso es preciso que tengan más precaución y moderación en su ingesta y evitar "beber como esponjas".
FELICES PASCUAS ¿SIN COMER NI BEBER?
Para pasar unas pascuas felices y saludables no significa que tengamos que llevar una dieta estricta, ni abstenernos totalmente de las bebidas alcohólicas. Podemos comer y beber, pero con moderación. No olvide que cuando toma con el estómago vacío el alcohol llega con más rapidez a la sangre y que los alimentos cargados de calorías ralentizan su absorción.
CUIDADO CON LAS COMBINACIONES:
Es recomendable evitar el abuso de los combinados, sobre todo si éstos van acompañados de bebidas gaseosas. Los ácidos carbónicos de los refrescos con burbujas facilitan el paso del alcohol por nuestro cuerpo y esto acentúa el efecto tóxico de los licores.
NADA EN DEMASÍA:
Nada, ni siquiera lo más valioso, ni lo más saludable, ni lo más placentero es bueno en exceso. Así que, estas Navidades, antes de lanzarte sobre las cosas para comerlas, de ir de brindis en brindis, de gastar a lo loco en regalos inútiles, tómate unos minutitos para pensar en los tuyos, en lo que quieren, en aquella persona que está sola y podrías invitar a casa o pasar a visitarla un rato en Navidad.
¡FELICIDADES!