La actividad se inició con las palabras del ingeniero Félix M. García C., presidente de Envases Antillanos, quien destacó no solo el impulso inconmensurable a la agroindustria nacional, lo que provocó la apertura de la empresa, sino también la reducción en el costo de operaciones del empacado, que redujo notablemente los costos de producción y el ahorro de divisas destinados para la importación de envases de metal para alimentos.
"Con el inicio de los Doce Años de Balaguer, en 1966, se inicia también la apertura de nuestra economía al exterior, la estimulación al sector industrial, la exportación de productos no tradicionales y al mismo tiempo, el comercio importador. Se iniciaba un firme programa de industrialización que culminó con la promulgación en 1968 de la Ley 299 de Protección e Incentivo Industrial, que buscaba sustituir importaciones mediante el fortalecimiento de la industria local en renglones que se importaban y propiciaban un escape de divisas", dijo.
Como resultado de la política estatal de apoyo a la inversión extranjera, se establece en Santiago la American Can Company, una fábrica de latas que luego se convirtió en Envases Antillanos. En aquel momento, el papel jugado por la Asociación para el Desarrollo de Santiago, fue estelar, en la consecución de que la fábrica se estableciera en esta ciudad y no en Santo Domingo, como querían algunos sectores.
"La fábrica de latas incentivó el crecimiento de la agricultura, particularmente en el cultivo de tomates, granos y frutas, así como leche, tras ofrecer alternativas de empaque para la leche procesada. A mediados de los setenta, se diversificaron las líneas de producción, manufacturando envases para productos industriales no alimenticios, como pinturas, aceites automotrices y aerosoles, incluyéndose posteriormente los envases para aceites comestibles y café.
En estos cuarenta años, Envases Antillanos ha procesado más de 500,000 toneladas métricas de hojalata para producir más de 6000 millones de latas. De igual manera, las tapas y componentes troquelados sobrepasan los diez millones de unidades. Las láminas de hojalata y aluminio esmaltadas, barnizadas y litografiadas son mucho más de 400 millones.
En cuanto a tecnología se refiere, Envases Antillanos se ha mantenido siempre a la vanguardia en el campo de los avances de la industria de empaques. De una soldadura de plomo, ha pasado al sistema de soldadura eléctrica y actualmente, se utiliza la tecnología suiza Soudronic. Es decir, que las latas de Envases Antillanos compiten en calidad con las producidas en las más modernas fábricas del mundo.
García mostró gran orgullo por haber tenido la oportunidad de permanecer por cuarenta años en esta empresa, junto a un grupo de leales colaboradores, que ha hecho significativos aportes a miles de familias, tanto a través de la generación de empleos, como a través de los programas de ayudas mediante los programas de responsabilidad social y compromiso con la comunidad.
Además destacó el apoyo de los clientes nacionales e internacionales. "Ellos han sido el soporte primordial para nuestras operaciones en las diferentes etapas de nuestra vida productiva. Ellos han sido y seguirán siendo nuestros socios principales", dijo.
Envases Antillanos ha sido el eje impulso de un grupo de varias empresas relacionadas, como Transagrícola, Troquedomsa, Taca, Plastidom, La Fabril y Grupo Linda, a través de las cuales se han generado numerosos empleos.