El doctor Franklin García Fermín, rector de la UASD; el maestro Iván Grullón, Vicerrector Docente; y los doctores Juan Medina, Secretario General, y Santo Inocencio Mercedes, Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, así como otros funcionarios de la casa de altos estudios, estuvieron en primera fila disfrutando de ese histórico concierto.
Ramón Leonardo, quien durante el primer lustro del 1970 llegó a la cima de la popularidad con la llamada "canción de protesta", fue el primero en subir al escenario y demostrar que conserva su potente voz y la firmeza y convicción de sus ideales.
Con cada una de sus interpretaciones, Leonardo concitó gran enardecimiento entre los asistentes, pero los momentos de mayor exacerbación se vivieron cuando el cantor vocalizó los emblemáticos temas "Francisco Alberto" y "Señor Gobierno, abra las rejas".
Aplausos, ovaciones y loares arrancó también del público Manuel De Jesús, una de las voces principales del desaparecido grupo "Expresión Joven", cuando interpretó a capella un fragmento de la canción "Obrero acepta mi mano", que en el 1974 fue el tema del espectáculo "Siete días con el pueblo".
Como presentador fungió el locutor Julio César Moreno, quien al anunciar la aparición en escena de Eduardo Martínez (vocalista principal), Jesús Cordero, José Guerra y Luis Suárez, integrantes de "Los Guaraguaos", aseguró que ya este grupo no es solo de Venezuela, sino también de República Dominicana.
Con la misma melodiosa y afinada voz de hace más de 30 años, Eduardo Martínez hizo estremecer al público al interpretar los populares temas "Perdóneme tío Juan", "Que vivan los estudiantes", "Las casas de cartón", "Otra vez", "Disperso" y "Ruperto".
Una de las canciones más insistentemente solicitadas durante el espectáculo fue "No basta rezar", por lo cual tuvo que ser interpretada dos veces, pero no solo por "Los Guaraguaos" sino también por los asistentes que de pie lo corearon.
El público se resistía a que el concierto concluyera y pedían insistentemente "otro", de esos temas que pese al paso de tiempo mantienen su vigencia y gustan a distintas generaciones.