Los científicos Eunice Yu y Jiangro Liu analizaron datos sobre el uso de los recursos en parejas casadas en 12 países: Estados Unidos, Brasil, Costa Rica, Ecuador, Grecia, México y África del Sur, entre otros.
Los investigadores descubrieron que el divorcio tiene impactos negativos sobre nuestro planeta, incluyendo una más alta demanda de recursos energéticos y una más baja eficiencia en el uso de los recursos hogareños.
"El divorcio conduce a la multiplicación de hogares más pequeños, lo que origina un número mayor de viviendas y, por tanto, una mayor demanda de energía, agua y terreno. Parece ser que las viviendas de esposos usan los recursos de forma más eficiente.
"La separación no solo multiplica las penas, sino también los gastos", dicen en el informe ejecutivo del proyecto de estudio.
El llamado de los ecologistas tiene el tono de un sano consejo: "De manera que si nos preocupa la protección del ambiente, tenemos que considerar muy seriamente las consecuencias ecológicas del divorcio."
El estudio revela que en Norteamérica, el pasado año, los divorciados podrían haber ahorrado más de 73 mil millones de kilovatios de electricidad y cerca de 627 mil millones de galones de agua su hubieran permanecido casados. En términos porcentuales, un divorciado gasta entre 42 % y 61% más que una persona casada.