Cerca de 18.000 admiradores, miembros de la familia y amigos participaron en un funeral público para Jackson en un estadio de Los Ángeles, donde el cantante había ensayado el día previo a su muerte para una muy anticipada serie de conciertos de regreso en Londres.
Los hermanos de Jackson, cada uno usando un guante con lentejuelas en homenaje al reconocido atuendo del rey del pop, llevaron el ataúd decorado con oro al estadio del Staples Center..
Mariah Carey cantó el éxito de Jackson de 1970 "I'll Be There", la voz de Usher se rompió mientras interpretaba "Gone Too Soon" y los tres hijos del rey del pop hicieron una inusual aparición en público sin los velos que usados por años por Jackson para protegerlos de los medios.
Pero fue el mismo Jackson quien surgía imponente sobre la las más de 18.000 personas del estadio en antiguas imágenes de conciertos, videos musicales y publicaciones de prensa, cantando, bailando su conocido paso "moonwalk" y rodeado por multitudes de fanáticos.
"Entre más pienso sobre Michael, y hablo sobre Michael, más creo que 'rey del pop' no es lo suficientemente bueno", dijo el fundador de Motown Records, Berry Gordy, quien contrató a The Jackson 5 en 1968.
"Creo que es simplemente el mayor artista que jamás vivió", agregó.
El servicio fúnebre, de dos horas de duración, se enfocó en los logros musicales del artista, opacados en los últimos 10 años por el lado más oscuro de la vida del cantante, incluido su juicio del 2005 y posterior exoneración de los cargos por abuso sexual de menores.
La repentina muerte de Jackson de un paro cardíaco en Los Angeles el 25 de junio, a la edad de 50 años, desató una oleada mundial de dolor y llevó a las ventas de sus principales discos como "Thriller" y "Off the Wall" a lo más alto de las listas musicales.