Estas declaraciones fueron ofrecidas por el doctor Aron S. Buchman, integrante del departamento de Ciencias Neurológicas del Centro Médico de la Universidad de Rush en Chicago, Estados Unidos, y líder de una investigación que demostró que ser socialmente activo, aun en la adultez o en la ancianidad, favorece al mantenimiento de las funciones motoras.
A medida que pasan los años, estar con amigos, visitar familiares y fundamentalmente moverse ayuda a los adultos mayores a detener el proceso de deterioro físico, emocional y mental. Si se está 'enganchado' con la vida, hay mayores probabilidades de estar en contacto con actividades y situaciones que nos mantengan sanos, por eso, a la hora de elegir qué hacer es recomendable privilegiar deportes o prácticas a las cuales la persona esté acostumbrada, asegura el especialista
A lo largo de ese tiempo, los investigadores evaluaron y midieron el estado de las funciones morotas de los participantes mediante diversos ejercicios entre los cuales se encontraba la habilidad para pararse sobre una pierna o en puntas de pie. Además, a los adultos se les preguntó acerca de su vida social: qué tipo de actividades realizaban, con qué frecuencia y si se trataba de hábitos grupales o individuales. En base a lo que contestaban y teniendo en cuenta la frecuencia del contacto social se estableció una escala de cinco puntos.
Según esta medida, cada punto que se descendía en términos de actividad, representaba un 33 por ciento de declinación de las funciones motoras. Asimismo, este escalón menos se equiparó con envejecer cinco años; condición que es directamente proporcional a un incremento del riesgo de discapacidad y en última instancia, fallecimiento.
El doctor Jorge Lerman, jefe del servicio de Cardiología del Hospital de Clínicas José de San Martín, en Argentina, resaltó la importancia y necesidad de que cada persona consulte con su médico antes de elegir y decidir qué hacer.