La figura del "Barry White" dominicano, se materializó sobre el escenario a la media noche con un público ansioso de verle configurado por seguidores de distintos estratos sociales.
"Agradezco a mi público el apoyo que me brinda esta noche y a Hard Rock Café por la oportunidad de tocar en el "Templo del Rock", vociferó el intérprete de "Si no me Amas" después de concluida una de sus piezas.
"Ya yo mangué to`" y "Esto es pa` Bailar" dieron inicio a la fiesta que de inmediato el público empezó a bailar en lo que se convirtió en una noche llena de emociones.
"No hay Manera", "Tu y Yo" y "Si no me Amas" siguieron de manera ininterrumpida la velada de un artista que ha sabido romper todos los pronósticos con tal impulso que hoy día la principal sala de conciertos del país reconoce su impacto internacional abriéndole las puertas a su música.
"Chambonea", tema descrito por Omega como el responsable de que su música subiera a otro nivel, fue el más gozado, lo cual es mucho decir, ya que su presentación en Hard Rock Cafe fue un vacilón total.
A pesar de que se vio un público variopinto, no hubo contratiempo alguno y la música derribó las barreras que por razones sociales a veces dividen a las multitudes, poniendo a todo el mundo bailar cadenciosamente a ritmo de "Qué tengo que hacer" y "Llorará".
"Dólares y Cacho" y "Alante Adelante" sellaron una noche sin dudas especial que será recordada como memorable porque supuso el impulso definitivo de una carrera en acenso que alcanzó su senit cuando Hard Rock Café lo acogió y lo elevó a un nivel más alto. Luego de tocar en el "Templo del Rock", la carrera de Omega tiene un "Antes y un después".
La entrada de Omega tuvo un sequito de 40 personas que lo acompañaron desde el vehículo aparcado en un costado del parque Colón hasta el camerino de Hard Rock Café haciendo una entrada tan espectacular como demanda su nivel de principal exponente de la música urbana.
Desde que se supo de su presencia docenas de féminas se apreciaron haciendo filas para entrar al camerino del artista con la finalidad de hacerse fotos y compartir con él, evidenciando un magnetismo propio de las súper estrellas del rock.