Después de varios años realizando esta investigación, se logró identificar la existencia de sustancias químicas producidas por el cerebro que ayudan a crear y mantener lazos de amistad entre las mujeres. Los investigadores, hombres en su mayoría, se sorprendieron con los resultados.
Descubrieron que ante el estrés, las mujeres liberan una hormona llamada ocitocina, que induce en el organismo una sensación de bienestar, reduce el estrés más agudo y provoca un efecto calmante.
Como conclusión, después de repetidos exámenes, se demostró que los lazos existentes entre las mujeres que son amigas verdaderas y leales, contribuyen a reducir riesgos de enfermedades ligadas a la presión arterial y el colesterol.
Se cree que esta puede ser una de las razones por lo que las mujeres viven generalmente más que los hombres.
Aquellas que no establecen relaciones de amistad con otras mujeres, no muestran los mismos resultados en su salud. Así que tener amigas nos ayuda no solamente a vivir más, sino también a vivir mejor.
El estudio sobre la salud indicó que cuantas más amigas tenga una mujer, mayor es la probabilidad de que llegue a la vejez sin problemas físicos y llevar una vida plena y saludable.
Se observó también cómo las mujeres superan momentos críticos (como la muerte del cónyuge o de los padres) y se percibió que quienes pueden desahogarse con sus amigas, reaccionan sin enfermedades graves y se recuperan en un lapso menor que aquellas que no tienen en quien confiar.
El estudio concluyó que la amistad entre mujeres constituye una fuente de fuerza, bienestar, alegría y salud.
Mucho antes de que los científicos se ocuparan del tema, en poemas, fábulas, refranes y en las manifestaciones de conocimiento y sabiduría popular, ya se había resaltado el impacto de la amistad como generadora de estados de bienestar y satisfacción en las personas, explica el psicólogo Dionisio Zaldívar, en un artículo sobre la importancia de este vínculo entre los seres humanos.
Argumenta que amiga o amigo es un ser cercano que comparte, disfruta y se enorgullece con nuestros éxitos; resulta además la persona ante la cual podemos mostrarnos libremente como somos en realidad, sin reservas, descubriendo incluso nuestros puntos vulnerables, sin el temor de ser traicionado o manipulado, ya que la amiga o el amigo encarna el ideal de la lealtad.
Agrega el profesor que los efectos beneficiosos que ofrecen sobre la salud las relaciones amistosas profundas y positivas, parecen estar dados, además, por la influencia moderadora que estas pueden ejercer sobre aspectos de la personalidad tan importantes como la autoestima, el sentimiento de valía personal, creencias en cuanto al grado en que se es amado y aceptado por los otros y, en general, por la creación de vivencias y experiencias psicológicas positivas, todo lo cual repercute en los procesos fisicomentales.
Cultivar la amistad, es propiciarse una fuente infinita de apoyo social y de bienestar psicológico, precisa.