Su discurso está basado en la representación de los sentimientos y de la sensibilidad asociados con la naturaleza femenina, como él mismo señala: "He escogido a la mujer como tema principal en mi obra. Además, en mi obra trato de reflejar la ternura y cierta melancolía dentro de un universo violento, la paz interior que busca el ser humano dentro de la estresante sociedad actual. Sin embargo, no me aparto del ambiente en que me enmarco, el Caribe".
Werner Olmos celebra la belleza femenina con todos sus encantos. En efecto, muchas veces pinta figuras que están llenas de sensualidad, de fuerza y de movimiento gracias a los juegos de luces y contrastes provocando transparencias que da mucho realismo a la figura y a la carne. En ocasiones, enfoca la luz en ciertas partes del cuerpo para crear una dinámica celestial, un erotismo sobrenatural, una feminidad divina, instintiva y enigmática sin excluir sensaciones de paz y de armonía como si el artista estuviera festejando la plasticidad del cuerpo femenino.
Es el uso de la técnica mixta que permite al artista lograr efectos muy sutiles, buscando armonía y dando más profundidad a su obra. Así es que muchas de sus pinturas recuerdan el espíritu femenino de la naturaleza como en la obra titulada "Mientras me susurrabas" en la que el cuerpo está en una preciosa postura, envuelto en una tela blanca realzando su belleza tal como si fuera una diosa.
Varias de sus figuras pueden referirse a la imagen de la maternidad como lo vemos en la obra titulada "Maternidad". En ésta, se puede apreciar claramente la figura de una madre con su hija entre las piernas y en la que se desprende ternura, pureza, esplendor y plenitud mediante la utilización de tonos suaves.
Otra obra muy interesante es la "La tentación de Eva" en la que el artista nos ofrece un homenaje a la elegancia asociado con la imagen de la bíblica tentadora Eva.
Sus mujeres son a veces pasivas, tímidas, vergonzosas, peligrosas, malas, con miradas lejanas o semidesnudas. Todo eso con el propósito de captar la atención del espectador y seducirlo.
La concepción de la mujer como Musa, frecuente en la poesía, prevalece en la obra del artista Werner Olmos. Ella es capaz de provocar y estimular la creatividad del artista. Un himno a la belleza de la mujer está pronunciado por el artista a través de sus obras.