Cuando se supo por las noticias de estos decesos, las dietas líquidas de proteínas dejaron de ser populares. Sin embargo regresaron rápidamente en diferentes reencarnaciones. Dicen que son seguras porque están médicamente supervisadas.
Otra generación de dietas líquidas viene en forma de polvos o latas dietéticas, y se pueden conseguir en cualquier supermercado. Generalmente te recomiendan tomar un shake como desayuno, uno como comida y en la noche una cena ligera recomendando productos integrales. A veces permiten algún pequeño refrigerio entre comidas.
Todos estos programas de pérdida de peso líquida afirman que perderás peso con ellas. Eso es cierto. Muchas proclaman que perderías más peso con sus productos que con comida integral real, eso no es cierto.
Las dietas muy bajas en calorías a veces están nutricionalmente adecuadas, pero el cuerpo responde a esta severa restricción de comida como si la persona se estuviera muriendo de hambre, conservando energía y preparándose para a la primera oportunidad recuperar el peso perdido.
Las dietas líquidas no te enseñan a comer adecuadamente. Lo que bajaste regresa.
Muchos de esos productos tienen una fórmula muy pobre conteniendo a veces azúcar refinada o miel de maíz. Como se sabe el azúcar refinada no es saludable.
Hoy en día hay mejores productos que reemplazan comida conteniendo proteínas y carbohidratos y están fortificados con vitaminas y minerales y hasta les agregan fibra. Pero lo cierto es que no son mejores que la verdadera comida.
La verdadera manera de quemar grasa realmente es comer comida integral de verdad, en pequeñas porciones repartidas en el día, y aprender a comer alimentos nutritivos mercantilizando adecuadamente los carbohidratos, proteínas, frutas y verduras, dándole también su lugar a los cereales y sin olvidar que nuestro cuerpo necesita un poquita de grasa y bastante agua para su correcto funcionamiento.