Los desarreglos cometemos durante las fiestas de fin de año impactan de forma negativa en nuestra salud, sobre todo si padecemos enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión, ya que una gran ingestión de comidas y bebidas típicas de la época elevan la presión arterial, los triglicéridos, el colesterol, etc.
Las persona que están sometidas a cualquier tipo de tratamiento médico, especialmente los ancianos y niños, no deben abandonarlo en estas fechas, pues el que sea Navidad no significa que puedan tomarse unas "pequeñas vacaciones".
El excesivo consumo de alcohol, las pocas horas de sueño y las cenas y comidas copiosas altas en grasas, sal, azúcares, etc., son algunos abusos de las fiestas de fin de año que con más frecuencias incurrimos. Ésta es la razón del incremento en la tasa de mortalidad que se registra en muchos lugares durante el mes de enero.
Los padecimientos más comunes que afectan la saluda durante y luego de las fiestas de Navidad están:
INTOXICACIONES POR ALCOHOL: En Navidad aumenta de forma considerable el consumo de bebidas alcohólicas, por lo cual crece el número de intoxicaciones. Se estima que los casos atendidos en las emergencias por esa causa son un 20 por ciento más que en otras temporadas; así como los accidentes de tránsito provocados por conductores ebrios.
ALERGIAS ALIMENTARIAS: Durante este tiempo se consumen alimentos poco frecuentes en la dieta diaria y esto trae como consecuencia que muchas personas hagan procesos alérgicos.
INTOXICACIONES ALIMENTARIAS: En ésta época muchas personas consumen alimentos fuera del hogar, lo que eleva la demanda de alimentos preparados y hace que proliferen sitios de producción y consumo que no reúnen las condiciones sanitarias requeridas.
Muchas personas sufren algún tipo de intoxicación alimentaria por ingerir alimentos contaminados que han sido mal manipulados durante su preparación. Una cocción insuficiente, un recalentamiento impropio, o un congelamiento o refrigeración inapropiados, son algunas causas. Los síntomas de este trastorno pueden manifestarse tan sólo unos minutos después de comer o hasta 36 horas más tarde.
Para evitar las intoxicaciones alimentarias debemos lavarnos las manos frecuentemente, lavar los alimentos crudos antes de consumirlos y adquirir las comidas en lugares limpios y seguros.
TRASTORNOS DIGESTIVOS: Las grandes comilonas provocan trastornos digestivos, sobre todo porque se consumen alimentos más difíciles de digerir, cargados de grasas, ciertos minerales y toxinas. La ingesta excesiva de comidas y bebidas alcohólicas irritan el organismo provocando distintas alteraciones gástricas, como dispepsia, reflujo esofágico, flatulencia, vómitos, diarreas, entre otros.
Escápese de las molestas indigestiones sin privarse de los suculentos platos propios de la Navidad, comiendo con moderación y sin abusar del alcohol.