Esta afirmación se deduce de las evidencias arrojadas por un estudio que encabezó el epidemiólogo británico Tarani Chandola y que permitió confirmar que la presión laboral altera los sistemas internos del organismo e incrementa las posibilidades de contraer enfermedades cardíacas, una de las principales causas de muerte en el mundo.
Después de entrevistar y analizar la salud y el ambiente de trabajo de 10 mil trabajadores, los expertos pudieron comprobar que los cambios biológicos inducidos por el estrés son responsables de una gran cantidad de enfermedades cardiacas.
A los encuestados se les preguntó sobre las demandas de su puesto, su nivel de control sobre él, la frecuencia con la cual tomaban un descanso y el nivel de presión al que eran sometidos durante su jornada laboral.
Se demostró que cuando una persona está estresada tiende a fumar, ingerir alcohol y a consumir alimentos poco saludables, lo cual, sumado a la falta de ejercicios, favorece el desarrollo de enfermedades cardíacas.