Beneficios de la Lactancia Materna
La leche materna es, por mucho, el alimento perfecto para tu niño y el único capaz de satisfacer sus necesidades alimenticias y afectivas durante sus primeros seis meses de vida. Además de proporcionarle los nutrientes necesarios para su crecimiento y desarrollo, tu leche contiene anticuerpos que ayudan al sistema inmunológico de tu bebé a combatir enfermedades tales como: infecciones de oídos, diarreas, neumonía, alergias, diabetes, obesidad e incluso algunos tipos de cáncer como leucemia y linfoma. Por otra parte, al ejercitar más de 20 músculos de la cara y la mandíbula tiene menos probabilidades de sufrir deformaciones dentales y está mejor preparado para desarrollar el lenguaje. También es menos propenso a padecer caries.
La leche materna es más fácil de digerir que la de fórmula, además contiene hormonas y proteínas que promueven el crecimiento y desarrollo adecuado de tu pequeño. Los niños amamantados producen menos gases y presentan, en menor medida, problemas en su alimentación y estreñimiento. Algunos estudios han demostrado que la lactancia materna protege a los pequeños de la temible muerte de cuna.
Ventajas Para Ti
Si le das el pecho a tu hijo en cuanto nazca, reduces el riesgo de hemorragias y ayudas a que tu útero se contraiga y la placenta sea expulsada con mayor rapidez. Asimismo, la succión de tu bebé durante la cuarentena favorece el que tu útero recupere su tamaño natural. Dar el pecho también reduce el riesgo de sufrir cáncer de seno, de ovarios y osteoporosis y ayuda a recuperar más rápido la figura, pues el cuerpo utiliza de 400 a 500 calorías extras diariamente.
Por otra parte, amamantar es muy cómodo y no te cuesta, no tienes que gastar en leche de fórmula ni preocuparte por calentar o esterilizar biberones. Además, tu organismo produce dos hormonas: la oxitocina y la prolactina; la primera despierta en ti un sentimiento muy fuerte de amor y protección hacia el bebé, además es la responsable de estimular la contracción del útero. La segunda te ayuda a sentirte más tranquila y relajada.
Como Dar El Pecho
Es fundamental que estés cómoda y con la espalda erguida, apóyala en el respaldo de una silla o la cama y coloca un cojín debajo de tu hijo para que no tengas que inclinarte hacia delante. El bebé debe estar viendo hacia a ti (su cabeza debe estar alineada a su cuerpo) en lugar de tener simplemente su cabecita girada hacia tu pecho, sujétalo de la espalda, no de la nuca. Cuando estén listos para empezar; sostén el seno con tu mano y roza el pezón contra el labio inferior de tu hijo, al hacerlo él abrirá bien su boquita. Para que se prenda correctamente de tu seno, su boca debe estar bien abierta y abarcar con ella todo tu pezón y la mayor parte de la areola (la lengua debe quedar debajo de ésta). Su labio superior quedará elevado y curvado hacia arriba: podrás ver cómo sus orejitas y su mandíbula se mueven rítmicamente mientras mama. No dejes que succione sólo el pezón porque puede agrietarlo y causarte dolor.
Consejos Prácticos
� El bebé debe vaciar un seno en cada toma para asegurarte que ingiere tanto la leche del comienzo, como la del final de la tetada, más densa y nutritiva. Cuando vacíe uno, ofrécele el otro; no importa que no se alimente de los dos senos cada vez que come.
� Siempre que inicies una nueva sesión de lactancia, empieza por el primer pecho que le ofreciste la vez anterior; no por el último.
� Para interrumpir la succión, introduce suavemente uno de tus dedos entre tu pecho y las encías de tu bebé, nunca jales a tu pequeño, podrías lastimarte.
� Para tener una adecuada producción de leche necesitas descansar lo suficiente y beber al menos dos litros diarios de agua.
� No le ofrezcas chupones o tetinas en su primer mes de nacido, lo puedes confundir y después ya no querrá prenderse de tu pecho o lo hará de manera incorrecta.
� Durante sus primeros meses de vida un bebé debe alimentarse por lo menos de 8 a 12 veces al día.
� No laves tu pezón antes y después de cada toma ni te apliques cremas, es suficiente con el baño diario.
� Si se te agrietan los pezones, revisa tu postura; seguramente estás haciendo algo mal. Expón tus pezones al aire todo lo posible para que se curen pronto.