Además, realizan importantes funciones en nuestro organismo, entre ellas la regulación del tránsito intestinal (por su elevado poder para retener agua) y cuando se ingieren en grandes cantidades contribuyen a disminuir el colesterol.
Nadie pone en duda las ventajas que nos brindan estos dos tipos de alimentos y su importancia en la dieta. La cantidad diaria a consumir que se sugiere es de 3 a 5 porciones de vegetales y de 2 a 4 en el caso de las frutas.
Ahora bien, al prepararlos y servirlos se requiere tomar en cuenta algunas precauciones para evitar que su ingestión se convierta en la causa de problemas de salud. Por ejemplo, tanto las frutas como los vegetales deben ser lavados bien antes de consumirse, porque pueden estar infectados de bacterias (salmonella) y E. Coli.
Esta situación se da con los vegetales prelavados, que vienen empaquetados, así que no te confíes y pásalos previamente por agua.
Mientras no los vayas a utilizar mantenlos refrigerados y dentro del paquete. Después de usarlos en la preparación de tus comidas, lava bien la tabla y los instrumentos de cocina que empleaste. Son cuidados que redundarán en beneficio de tu salud y la de tu familia.