Es muy corriente que a la gastronomía de Italia se le conozca por sus platos más famosos que son la pizza y la pasta, pero lo cierto es que es una cocina donde coexisten los abundantes aromas y los sabores del mediterráneo. Una bonita forma de conocerlo es a través de sus museos gastronómicos.
Historia de la Gastronomía de Italia
Italia es un país que le ha exportado al mundo su gastronomía. La historia nos cuenta que la comida italiana recibió influencia de otros países, tales como Grecia, África y los países asiáticos. Los griegos, africanos y asiáticos que se establecieron allá trajeron sus comidas y maneras de cocinar. Por ejemplo, los griegos hacían un pan plano, el cual, se imagina, llevó a la creación de la pizza.
El hecho de comer, para los italianos, no es un acto sencillo, tiene un significado mayor. Es un momento de socialización, un momento de unión con sus familiares y de esa unidad de la familia, se acredita, nacieron los platos ricos y variados.
En 1840, se introduce el parmesano a la gastronomía de Italia, el cual se usa en la mayor parte de los platos italianos.
Referente a la pasta de Italia, podemos contar que hay relatos de que Marco Polo trajo la pasta del oriente. Pero, también se sabe que él volvió a Italia en el año 1295 y que antes de esa fecha ya había informaciones de la existencia de la pasta. Algunos afirman que fueron los árabes que inventaron la pasta, pues conocieron al trigo antes de los italianos.
A continuación una deliciosa receta que nos llena el paladar de la magia y el sabor de Italia.
Un buen pescado sencillo y al estilo italiano es siempre bienvenido. La gremolata es una salsa italiana que contienen básicamente ajo, perejil y limón pero en esta receta de salmón asado con gremolata de pan, se le añadirá el último ingrediente que lo hará un toque crujiente.
Ingredientes:
4 filetes de salmón.
2 cucharadas de perejil picado.
1 limón en ralladura.
1 diente de ajo.
1 cucharada de aceite.
2 rebanadas de pan blanco de molde.
Sal y pimienta.
Procedimiento:
Calentamos nuestro horno a 230 grados C.
Picamos el ajo en trozos muy pequeños, rallamos la cascara del limón y trituramos el pan. Unimos todos esto en un envase, añadiendo también el perejil, el aceite y sazonando con sal y pimienta.
En una bandeja de galletas para el horno, ponemos papel pergamino. Encima ponemos los filetes de salmón con la piel hacia abajo y sazonamos cada uno con sal y pimienta. Espolvoreamos la mezcla gremolata sobre cada uno y aplastamos con la mano.
Lo metemos al horno por 10-12 minutos. Si queremos saber si están cocidos metemos un cuchillo en el medio y debe salir caliente.
Listo, servimos con limón en rodajas y para acompañar arroz blanco.