De acuerdo con Yaneris González, una de las organizadoras, esta actividad es un gesto lúdico-político de movilización social para demandar respeto y reconocimiento de la diversidad, así como para afirmar que las personas sin distinción de ningún tipo "tenemos derechos a expresar públicamente nuestros afectos, en el marco de principios éticos, de desarrollo personal y colectivo, potenciando lazos de solidaridad y bienestar".
González recordó que el 28 de junio de cada año se conmemora en diferentes países del mundo el día del orgullo LGTB (lésbico, gays, transgénero, bisexual), fecha que mantiene en la memoria colectiva la idea del derecho a la diversidad como principio de humanidad. "Al mismo tiempo recordamos crímenes de odio, homicidio, violencia cotidiana, acoso y abuso que viven las personas LGTB por expresar libremente posiciones del deseo político y la sexualidad".
La actividad se desarrolló en un ambiente festivo, de conmemoración, de solidaridad siendo notoria la expresión de abrazos, besos y camaradería entre las y los protestantes, quienes recibieron apoyo y estímulo de intelectuales, profesionales de distintas áreas, líderes sociales y políticos, quienes manifestaron la necesidad de que el Gobierno desista de su política de violencia, de represión, de doble moral y de discriminación de las personas que tienen distintas orientaciones sexuales y que expresan sus afectos de manera pública.
Mirla Hernández, otra de las organizadoras de "La Besatón", declaró que la actividad expresa el rechazo a actos como los que suceden en el parque Duarte, un espacio público sitiado y militarizado, donde lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas reciben ataques y acoso por parte de las autoridades por el simple hecho de expresar sus afectos, cuando con ello no se viola ninguna ley.
Hernández indicó que en igual situación de violencia y discriminación viven otros segmentos poblacionales de nuestro país, como sucedió recientemente con el caso de una pareja heterosexual de nacionalidad haitiana, apresada y perseguida para deportarla por el simple hecho de darse un beso en público mientras trabajaban en la venta de tarjetas de llamadas telefónicas.
"Mostrar afecto en público es un hecho cotidiano, no es un delito, es un acto democrático que permite construir relaciones sociales, políticas, culturales y económicas que rompen el esquema de tortura, dictadura y violencia", dijo Tania Hernández, activista juvenil y otra de las organizadoras de "La Besatón 2010", actividad que comenzó en el Parque Independencia y concluyó con el intercambio de besos, abrazos y flores en el Parque Colón tras recorrer toda la calle El Conde.
La dirigente juvenil expresó que la militarización de estos hechos cotidianos y su tratamiento como delito es una clara expresión de la cultura dictatorial, heredada del trujillismo presente en las instituciones responsables de la seguridad ciudadana. "Son espejo de la doble moral de autoridades que por un lado atacan con violencia no sólo a las personas que expresan sus diferencias raciales, sexuales, estéticas, ecológicas sino a los movimientos sociales que articulan acciones colectivas en el espacio público, mientras conviven y son cómplices de la corrupción, el narcotráfico, la trata de personas, el abuso sexual y la pornografía infantil", dijo la joven, destacada por su participación en la lucha por la defensa de Los Haitises y promotora del movimiento por la salida de la minera Barrick Gold del país.
De acuerdo con las activistas y organizadoras de "La Besatón 2010", la libre expresión de la sexualidad es parte integral de los derechos humanos, cuyos textos han sido suscritos por República Dominicana y donde se consignan la vida, la libertad, la igualdad, la dignidad y la justicia como principios inviolables de lo humano y como condiciones para la convivencia democrática.
En ese sentido, expresaron que el pasado 8 de junio de 2010 la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), aprobó una resolución sobre orientación sexual e identidad de género en la que se afirma: "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y que a cada persona le es dado ejercer todos los derechos y libertades existentes en ese instrumento sin distinción de cualquier naturaleza".
Agregaron que esa resolución condena actos de violencia contra personas basados en su orientación sexual e identidad de género y solicita a los Estados investigarlos y sancionar los responsables sean agentes públicos o privados.
Alienta a combatir la discriminación por orientación sexual e identidad de género y promueve la protección de las y los defensores de derechos humanos.