Pero más allá de la esperada multipremiación a Lady Gaga, los reflectores en Los Angeles parecieron concentrarse en Kanye West, quien el año pasado interrumpió el discurso de aceptación de Taylor Swift, diciendo que su trofeo debería haber ido a Beyonce.
El incidente lastimó emocionalmente a Swift, pero West fue quien sufrió los daños más graves, pues se volvió muy impopular.
El domingo por la noche, Swift pareció absolver a West de su pecado del año pasado en el escenario con una canción sombría, mientras West, también con una canción, se disculpó una vez más por su mal comportamiento.
Aunque West no habló directamente del incidente del año pasado en el escenario, rapeó y cantó una canción en la que se burló de su propia conducta grosera, que ha eclipsado su música.
Swift, por su parte, pareció ofrecerle una rama de olivo a West, con su canción Inocent, escrita a principios de año: "Todo el mundo se ha equivocado también … espero que te acuerdes de hoy nunca es demasiado tarde para comenzar de nuevo".
Gaga aceptó su premio al mejor video musical con un vestido que seguramente enfureció a la organización PETA, el mayor grupo defensor de los derechos de los animales del mundo: un vestido y un sombrero hecho de lo que parecían ser trozos de carne cruda, incluyendo una bolsa de carne roja. Fue uno de los tres vestidos extravagantes que usó durante la ceremonia.
Otro de los vestidos que mostró Gaga fue del fallecido diseñador Alexander McQueen, que lució con unos zapatos de tacones enormes.
Cher – una diva de otra época – le entregó el premio a Gaga.
Subrayó que mientras Lady Gaga "era todavía una bebé Gaga", ella tuvo su turno de asombrar a las audiencias.
Gaga aceptó sus trofeos con lágrimas en los ojos y cantó el título de su nuevo disco cuando recibió el último galardón: Born This Way.