A principios de este año, esta ejecutiva de ventas sufrió numerosos episodios de migraña, uno de los cuales le dejó secuelas en la expresión oral que después de dos semanas poco a poco recuperó.
Pero esta vez… hablaba con acento francés.
Sin embargo, en esta ocasión, el asunto ha sido más grave, porque tras recuperarse del fuerte dolor de cabeza se dio cuenta de que su entonación al hablar había cambiado y su acento era francés.
La mujer sufre, según los médicos que la vieron, el síndrome del acento extranjero, un padecimiento diagnosticado a 60 personas en todo el mundo.
Russell ha contado su caso a los medios para que las personas tengan conciencia de que no es una invención, sino una enfermedad. Ella ha estado solo dos veces en Francia y le resultó difícil entender qué le pasaba.
Este síndrome, que daña la parte del cerebro que controla el habla y la formación de palabras, puede durar semanas, meses, años o para toda la vida. No tiene cura conocida y los neurólogos saben muy poco de él.