Se ha demostrado científicamente que el afecto que se les prodiga a las mascotas contribuye con la buena salud y prolongan la vida y que cuando los acariciamos la tensión arterial se reduce, además de producir efectos relajantes en nuestro organismo.
Además, el tener una mascota nos favorece porque:
Reducen el sentimiento de soledad: Su presencia constante hace que las personas se sientan más confiadas, seguras y protegidas. Su compañía también estimula el contacto físico y la comunicación; casi todos los dueños le hablan a su mascota y la conversación resulta más relajante debido a una sencilla razón: los animales no juzgan a las personas.
Favorecen la recuperación de las enfermedades: Se ha demostrado que aquellas personas que poseen mascotas se recuperan más rápido de enfermedades como infartos y de cirugías, que aquellas que no las poseen.
Enseñan muchas cosas a los niños: La convivencia con las mascotas contribuye a que los niños aprendan valores positivos como el respeto hacia los animales y la vida, la amistad y el amor, crea sentido de responsabilidad y promueve la comunicación entre padres e hijos. Las mascotas pueden enseñar a los niños a amar. Una mascota desarrolla en el niño la sensación de ser siempre aceptado y querido.
Aumentan la autoestima: Los cuidados y atenciones que demandan las mascotas reducen los tiempos de ocio, hacen que la persona se sienta útil y generan una estrecha relación entre humano y animal, en la que ambos intercambian cariño y emociones. Son una constante fuente de motivación para su dueño.
Permiten la liberación del estrés: Los estudios llevados a cabo entre personas que poseen mascotas y otras que no tienen, muestran que el primer grupo tiene estados de ánimos más altos y periodos menores de depresión.
Optiman el humor: Ellas son una fuente de alegría y diversión para toda la familia, y con su compañía nos enseñan a disfrutar de las cosas sencillas de la vida.
Estimulan el contacto social: Tener una mascota es una buena manera de establecer contactos sociales más positivos, conociendo a otras personas con quienes compartir anécdotas y experiencias sobre ella, ampliando así el círculo de amistades.
Nos ayudan a hacer ejercicios: Los perros necesitan caminar y hacer ejercicio diariamente. Compartir con la mascota y disfrutar de esta actividad hace que tanto ella como su dueño se mantengan saludables.
Sirven de apoyo a las personas discapacitadas: Particularmente los perros, pueden convertirse en los ojos, los oídos y las piernas de muchas personas que padecen ciertos impedimentos físicos.
Nos hacen más humanos: Los cuidados y el amor hacia los animales nos hacen demostrar mayor empatía y actitudes positivas hacia ellos, y así aprendemos a actuar de la misma manera con las personas.
Recuerde que cuando decidimos adoptar a una mascota asumimos un compromiso muy importante, aceptando los pro y los contra que esto conlleva.
Tenga especial atención en la vacunación y en la desparasitación, por la salud de esos nobles animales y por la de su familia. No olvide que su comportamiento dependerá de la educación que les demos, por eso debemos instruirles con firmeza y marcarles límites.