Es la primera evidencia de que los animales modifican su comportamiento en presencia de otras especies, explicó.
Los delfines nariz de botella (Tursiops truncatus) son más grandes y miden hasta 3,8 metros, con una extendida aleta dorsal. Cuando nadan juntos en grupos emiten llamados largos, de baja frecuencia, que son modulados.
Sus análogos de Guyana (Sotalia guianensis) son más pequeños, miden unos 2,1 metros de largo y poseen una aleta dorsal de menor dimensión y una nariz larga. Utilizan silbidos de alta frecuencia que tienen su propia estructura, detalla la especialista.
Me sorprendió de manera particular su sistema de señales. En las grabaciones pude constatar cómo los sonidos fueron más homogéneos, destacó.
Aún no tengo claro si ambas especies tratan de cambiar la forma en que se comunican o si una de las dos especies intenta sonar como la otra, explicó.
Pero se sabe que los delfines tienen habilidades para cambiar sus sonidos cuando conversan con otros, o para asegurar que se les escuche por encima de la contaminación acústica ambiental, puntualizó.