La leche entera, deslactosada, descremada, semi descremada, saborizada y fortificadas, son algunos ejemplos de este producto que podemos encontrar a precios accesibles, sin que en ningún momento se desmejore su nutrición, especialmente aquellas que son envasadas en empaques de larga duración, como lo son los Tetra Pak.
Para que usted decida cual se ajusta a su estilo de vida y tipo de dieta que desea llevar, aquí explicamos los beneficios que muestran las diferentes variedades de leche que podemos encontrar ya sea en el supermercado o en la tienda más cercana a su hogar.
Leche entera (whole)
Deliciosa en sabor, la leche entera es rica en proteínas, vitamina B2, vitamina A y es igualmente una fuente aceptable de vitamina D que es la que fija el fosfato de calcio a dientes y huesos. Contiene de 30 a 35 g. de grasa por litro. Su sabor es idéntico al que sale directo de la vaca.
Leche deslactosada
La salvación para muchos que desean tomar de este líquido pero por sufrir intolerancia a la lactosa (azúcar de la leche) no lo pueden hacer.
¿Pero cómo saber si se sufre de esta mal? Nos explica la doctora Ana Lorena López que entre los síntomas está sensación de llenura, diarrea, flatulencia, náuseas y hasta vómito, en casos extremos.
López reconoce que la leche deslactosada, contiene el mismo valor nutritivo, pero es más digestible, sin que se disminuya su rico sabor.
Semidescremada y descremada
Para los que desean perder o mantener su peso hay dos variantes que serán de gran ayuda. La semi descremada (low fat) y la descremada (fat free o skim).
La semidescremeda se caracteriza por el retiro parcial de grasa con el fin de obtener un producto bajo en calorías e ideal para la dieta. Posee entre 1.5 y 2% de grasa.
Contiene el mismo calcio y vitamina D, la misma proteína, los mismos minerales y vitaminas, solo que con menos grasa y menos calorías
La leche descremada es la que se le ha eliminado la grasa. Este producto está especialmente indicado para regímenes dietéticos donde se prohíbe el consumo de la leche entera. Este producto baja el colesterol sanguíneo, reduce la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares y ayuda a evitar los problemas
asociados con el sobrepeso u obesidad.
Leche fortificada
También se encuentran las leches enriquecidas y fortificadas con vitaminas y minerales. Estos lácteos aumentan el contenido de estos nutrientes, y en algunos casos compensan aquéllos que se perdieron durante su procesamiento. Las existen fortificadas con calcio, hierro, Omega 3, entre otros.
Las enriquecidas con calcio son indicadas para las mujeres embarazadas o menopáusicas, ya que les ayudan a cubrir los requerimientos diarios de este mineral.
Incluso, existen estudios que demuestran que el consumo de leche fortificada con calcio, en cantidades recomendadas por nutricionistas, contribuye significativamente a la reducción de la grasa corporal y ayuda a combatir la obesidad.
Por otro lado, también hay leches fortificadas con hierro, que evitan la anemia sobre todo en los niños y mujeres embarazadas. Está comprobado que la adición de hierro y vitamina C combate rápidamente esta carencia nutricional.
Las que contienen ácidos grasos Omega 3, protegen el corazón y el sistema nervioso, además ayudan a regular el colesterol, son útiles en casos de hipertensión, procesos inflamatorios y resultan ideales para evitar la carencia de Omega 3 cuando la dieta diaria no incluye pescados y aceites vegetales. Ah, de paso es un buen
antioxidante, que retarda los efectos del envejecimiento, pues contiene vitamina E.