Pero, en la actualidad, los gustos son variados y lo mismo puedes encontrar conviviendo en un hogar desde un hámster, un ratón blanco, una serpiente y si se descuida hasta un cocodrilo. ¿Se imagina acariciando alguno de ellos? Científicos británicos consideran que las mascotas ayudan a reducir la presión sanguínea y el estrés tanto de los trabajadores, como de las personas que viven solas, además de tranquilizar a los niños.
Para cualquier miembro de la familia resulta halagador ser recibidos por los brincos de un perrito cuando llegan al hogar y ser acariciados por gatitos, quienes se enredan en las piernas o tratan de acostarse en el regazo para mostrar su fidelidad con un dulce ronronear y suave pelaje.
Posiblemente, los canes sean la alarma más antigua de la humanidad, al alertar con sus constantes ladridos la presencia de intrusos en las inmediaciones de las viviendas.
Ante la cercanía de un extraño, desde un chihuaha hasta un doberman, salen desafiantes y dispuestos a enfrentarse a cualquier peligro para defender a su amigo o familiar más cercano, su dueño.
Según un estudio publicado por la revista británica Science, los orígenes de la domesticación del gato pueden remontarse a las primeras poblaciones surgidas en el Medio Oriente.
Precisamente, fueron ellos quienes decidieron acercarse al hombre para compartir el calor del hogar, cuando merodeaban por los alrededores de las primeras viviendas.
De esa forma mostraron su habilidad como cazadores de los ratones, con lo cual llamaron la atención y lograron ser bien recibidos con la esperanza de que ayudaran a librar los nacientes pueblos de las plagas de esos roedores.
Se considera, que para ello los antepasados de los actuales mininos abandonaron los bosques hace más de 100 mil años.
Por otra parte, el perro acompaña a los humanos desde la antigüedad, sufriendo transformaciones que los distinguen de sus antepasados.
Estos se acercaron a las casas para robar las aves de corral, pero luego terminaron cuidándolas al ser domesticados ante una necesidad para afrontar el medio.
Según una investigación de científicos austriacos divulgada por la revista Current Biology, los canes, al igual que los niños, solo imitan a sus congéneres en las cuestiones que les parece más conveniente y escogen el camino más sencillo para obtener sus alimentos.
El refrán de pelean como gatos y perros, no lo consideran aplicables quienes poseen mascotas de las dos especies. Por el contrario, suelen confesar que se llevan de maravillas y hasta duermen juntos, sobre todo cuando el frío aprieta.
Por lo general los canes, calificados como el mejor amigo del hombre, son más apreciados como animales afectivos, pues muchas personas rechazan a los felinos con los argumentos de que son mal agradecidos al cerrar los ojos para comer y hay quien relaciona a los de color negro con la mala suerte.
Mientras, la tenencia de aves, algunas enjauladas, así como palomas en las azoteas y patios de las casas, también devienen entretenimiento, sobre todo aquellas como las cotorras, al repetir todo lo que escuchan, con lo cual suelen alegrar el entorno, pero también provocar problemas cuando cometen alguna indiscreción.
Sin embargo, no todo es color de rosa cuando disfrutamos de la compañía de quienes en muchas ocasiones llegan a ser consideradas como un miembro más de la familia, su presencia puede tornarse un arma de doble filo o en una espada de Damocles sobre las cabezas.
La mayoría de ellas, por no decir todas, son portadoras de peligrosas enfermedades, con los consecuentes riesgos para la salud humana si no se les da el trato adecuado para evitar la contaminación.
Necesitan la atención de un veterinario para desparasitarlos y ponerles las vacunas contra los padecimientos más comunes, de lo contrario su agradable presencia puede degenerar en enfermedades, cuyo origen a veces desconocemos.
Las principales víctimas suelen ser los niños, al jugar en el suelo con esos animalitos y acariciarlos, sin luego lavarse las manos.
Los perros son trasmisores de la infección migraña visceral, contraída a través de los huevos de parásitos expulsados junto a las heces fecales, de igual forma se trasmite la tenía, la cual puede ocasionar quistes hepáticos y cuya cura, generalmente, sólo se logra mediante intervención quirúrgica.
Con las dermatitis de los canes también se debe ser cuidadoso, pues muchas veces padecen sarna y pueden pegársela a los infantes.
Además, los dueños deberán mantenerlos vacunados, entre otros padecimientos, contra el moquillo y la rabia, esta última de vital importancia, pues de contraerla, la trasmiten por la mordida.
Los felinos tampoco están exentos y devienen portadores y trasmisores de la tina y la toxoplasmosis, la cual puede provocar la esterilidad en las mujeres.
Por su parte, las aves con plumajes llamativos y su vuelo encantador, también son una amenaza para la salud humana, según fuentes médicas.
Sólo las bellas palomas pueden transmitir más de 40 enfermedades y además son portadoras de hasta 60 variedades de parásitos externos (pulgas, piojos, garrapatas, ácaros y chinches) y sus nidos y excrementos atraen a insectos de diverso tipo (especialmente moscas).
Por ese, entre otros, motivos, un alcalde veneciano combatió la presencia de esas aves en la famosa Plaza de San Marcos y prohibió a los transeúntes que les dieran de comer.
En ocasiones, cuando los animales afectivos se enferman sufren el desprecio de sus dueños, quienes olvidan los ratos agradables compartidos y en vez de curarlos los abandonan a su suerte en las calles.
A pesar de tales inconvenientes, la vida demuestra que las mascotas ocupan un lugar importante en el corazón de la mayoría de los dueños, en particular los infantes y ancianos, quienes llegan a llorar su pérdida como la de un familiar cercano.