Los expertos de estos dos organismos son pesimistas respecto a su evolución: piensan que la epidemia, que ha alcanzado a la República Dominicana y ha cruzado el estrecho de Florida puede empeorar fácilmente pese a los esfuerzos para controlarla.
En Haití no había casos de cólera -que se extiende cuando la bacteria entra en contacto con agua, casi siempre a través de residuos humanos- desde hacía más cien años, pero los especialistas dicen que las condiciones para su propagación en este país, arrasado por el terremoto el 12 de enero y azotado de nuevo en noviembre por el huracán Tomás, son casi las idóneas: no hay un sistema de alcantarillado adecuado, la gente tiene que defecar al aire libre, la población vive hacinada, hay lluvias torrenciales y no hay acceso a agua limpia.
Por las pruebas genéticas realizadas se sabe que en muchas muestras la bacteria vibrio cholerae es idéntica, lo cual respalda la teoría de que habría una única fuente, según el CDC y la OPS. "Si estas muestras son representativas de las que están circulando en Haití, los resultados indican que probablemente la vibrio cholerae se introdujo en Haití a través de un único caso", dice un informe semanal del CDC. "Las cepas de vibrio cholerae que no se pueden distinguir de la cepa del brote mediante ningún método usado se han hallado anteriormente en países del sur de Asia y de otras zonas", añade.
Bebiendo agua no tratada
En este sentido, explica que "Haití es el último país que ha resultado afectado por la actual pandemia de cólera, que comenzó hace 49 años en Sulawesi (Indonesia), ha perdurado y se ha extendido más que cualquier otra pandemia de cólera conocida". Muchos haitianos culpan a los miembros de la misión de paz de la ONU presente en el país, la Minustah, de haber llevado allí la enfermedad. Los disturbios que se han producido por este motivo y que hace dos días llegaron a la capital están dificultando las labores de lucha contra el cólera. En esete sentido, la OPS ha pedido hoy a la población de Haití que apoye a los trabajadores sanitarios, a la ONU y a las ONG para que puedan seguir atendiendo a los pacientes.