El doctor José Antonio Casermeiro, médico español y director de la Unidad de Medicina Estética (UME) del Centro Médical Madrazo de Barcelona, asegura que teniendo en cuenta esta realidad, a lo largo de los años se han analizado diferentes formas de entender y comprender los ritmos biológicos, de manera de poder valerse de ellos para la vida diaria.
Así surgió el concepto de Ritmonutrición, un tratamiento médico que aborda, por ejemplo, el problema de la obesidad, considerando las consecuencias que éste tienen en la salud; pero también elaborando formas de tratamiento que parten de establecer -justamente en base a los ritmos biológicos o, en otras palabras, las necesidades del organismo- qué es lo mejor para cada momento del día, en términos de alimentación.
La idea es armar una estructura pensando en las 24 hs de una persona y tomando en consideración tanto a los micros como a los macro-nutrientes que intervienen en la alimentación. Esto puede servir para una persona que está excedida de peso o padece obesidad, como también para otra que presenta desajustes alimentarios, carencia de nutrientes, pérdida de masa muscular o síndrome metabólico, por mencionar sólo algunas patologías.
Respetar los ritmos biológicos es una cuestión de salud, pero además es vital para poder tener una mejor calidad de vida. Esto se logra mediante el conocimiento de la cronobiología, la ciencia que estudia estos ritmos en cada una de las personas, desde el nacimiento hasta el final de la vida. Dado que estudia los ritmos, también considera las alteraciones de éstos y las consecuencias para la salud que se generan debido a esos cambios.
¿Cómo se pone en marcha la Ritmonutrición?
El doctor Casermeiro explica que la idea es armar una Dieta de Aporte Proteíco (DAP) personal y elaborada en base a las necesidades de cada persona, en los diferentes momentos del día. Esto, por supuesto, guarda relación con el tipo de actividad que ese paciente tenga, y además contempla como elemento fundamental la realización de actividad física, siempre y cuando ésta se adapte a las posibilidades de cada persona. Por ejemplo si pensamos en una persona que quiere realizar un tratamiento para bajar de peso, no podríamos planear un descenso sostenido a largo plazo sin la realización de ejercicio.
En ese caso, otra punta del tratamiento sería la utilización de productos proteicos especiales enriquecidos con ciertos aminoácidos que van a ayudar al paciente en su dieta a través de la gestión de los neuromediadores que gobiernan la conducta alimentaria", continuó el médico español.
Más allá de la aplicación que se le dé a la Ritmonutrición, es decir para qué se utilice un tratamiento basado en este concepto, en todos los casos lo más importante es respetar los diferentes momentos del día, ya que no existe absolutamente ningún parámetro biológico que sea igual durante las 24 horas. Más aún: nuestro organismo genera diferentes hormonas a la mañana, a la tarde o a la noche.
Entonces, si partimos de eso y organizamos y estructuramos las funciones, seremos más sanos y podremos mejorar nuestra calidad de vida.