Esta violencia es una problemática social, que impera en las sociedades del mundo a consecuencia de comportamientos machistas que debemos suprimir.
Este día, debe ser un día de reflexión. Es necesario transmitirles a las víctimas de esta violencia que no están solas. Pero para ello, tienen el deber de visibilizar su situación, trasladarlo del ámbito privado al público, denunciando a su agresor para que de este modo puedan activarse todos los mecanismos necesarios para su protección.
Debemos prestar una especial atención a aquellos colectivos de mujeres, que son aún más vulnerables de sufrir discriminación, como son las mujeres con discapacidad y las mujeres inmigrantes, ofreciéndoles los recursos necesarios para paliar su situación de doble discriminación.
Por otro lado, no podemos olvidarnos de las hijas e hijos de las mujeres víctimas de violencia de género, víctimas directas de esta forma de violencia, otorgándoles los medios necesarios para que puedan crecer y desarrollarse con normalidad.
En definitiva, es necesario que seamos conscientes de este problema, no sólo hoy, sino todos y cada uno de los días del año. Además, tanto los Poderes Públicos como la ciudadanía en general, tenemos la responsabilidad de luchar contra esta "pandemia" que es la violencia de género.
Y esta solo desaparecerá, cuando todas las mujeres podamos participar de forma igualitaria en esta sociedad, cuando dejemos de encabezar las listas de desempleo, de sufrir tratos desiguales y degradantes en nuestros trabajos, de estar sometidas en nuestras relaciones de pareja y logremos conciliar realmente nuestra vida familiar y laboral.
Por todo esto, con el más ferviente deseo, de que en este día no se deban lamentar más muertes inocentes, firmamos este manifiesto, adquiriendo el compromiso de luchar contra todas las manifestaciones de violencia que sufren las mujeres en el mundo.