Se trata de dejar volar la imaginación y crear, de dar un nuevo valor a cada uno de los elementos de los que dispone, sin que le importen mucho los prejuicios y costumbres.
Esto quiere decir que cualquier mujer puede ser una insuperable decoradora que revolucione el hogar dándole rienda suelta a la creatividad.
Cambia los muebles de lugar: a casi todas las mujeres nos gusta hacerlo y es que muchas veces estas reformas, al igual que mover lámparas y alfombras, le confiere un nuevo sentido a una habitación.
Combina color y texturas: no es necesario pintar toda la casa, basta tomar en cuenta ciertos detalles de color y textura que pueden modificar de una manera increíble la percepción del espacio. Estos toques diferentes pueden llegar a través de cortinas, alfombras, carpetas o manteles, los marcos de un cuadro, un adorno, los almohadones en un sillón… Frente a los tonos tierra y arena, por ejemplo, puede usar los amarillos maduros y verdes botánicos; también funciona la combinación del verde aceituna con el naranja salmón.
Organiza y… ¡¡¡tira!!!: según los sicólogos, organizar y botar lo inservible, o lo que no usamos, es una acción muy saludable para nuestro espíritu. Aprovecha esa necesidad que sientes hoy de cambiar tu entorno y tira todo lo que esté de más en tu casa jerarquizando los criterios estéticos y de utilidad. Desocupar el lugar aporta un aire distinto, despeja el ambiente y renueva la energía.
Cambia la iluminación: la luz es un elemento decisivo pues atenúa algunos colores y resalta otros. Una luz puntual revaloriza un área. Si ubicas, por ejemplo, tu sillón favorito sobre una alfombra de colores cálidos y lo iluminas con una luz puntual, habrás creado un espacio donde antes no lo había.
Renueva el aspecto del mobiliario: si reemplazas los herrajes, le das un lustre a un mueble o cambias el marco de un cuadro o espejo, lograrás un aspecto diferente en la habitación. También funciona sustituir las fundas y tapizados de tus sillas, sillones y sofá por otros con nuevos colores y estampados.
En particular los marcos pueden ser más importantes de lo que se cree, sustituir uno clásico por otro liso de madera oscura, puede variar no ya la relación de éste con el entorno sino la lectura misma de la obra de arte.