Su llegada al poder con apenas 43 años edad, llenó de optimismo el futuro de los estadounidenses, cansados de las políticas exteriores del general Dwight D. Eisenhower con la Unión Soviética, y ansiosos de abrirse al mundo tras los años de posguerra.
Su fluidez y su seductora forma de convencer durante el primer debate electoral que fue transmitido por televisión le permitió tumbar al republicano Richard Nixon en una ajustada carrera presidencial, su discurso de investidura de ese gélido 20 de enero de 1961 le abrió las puertas de una nueva etapa: La era Kennedy.
Los actos de celebración el 50 aniversario de su investidura marcarán este jueves una jornada a nivel nacional, con destacados eventos en su estado natal y en el Distrito de Columbia, que sin duda alguna devolverán a la mente de muchos esas inolvidables imágenes en blanco y negro de un Kennedy en traje y chaqueta ante la multitud congregada en el Mall capitolino.
Hoy, media década después, la popularidad con la que se ganó al mundo – y que, por contrapartida, le costó algún que otro enemigo- sigue más vigente que nunca, según una encuesta difundida este miércoles por USA Today, que lo sitúa a ojos de los estadounidenses como uno de los 'grandes presidentes' de la nación.
Por eso no es de extrañar que todo lo que rodea el nombre de Kennedy se convierta en admiración o incluso lugar de peregrinación, como la misma calle de la ciudad texana de Dallas donde fue asesinado el 22 de noviembre de 1963, a escasos dos meses de llegar a la mitad de su mandato.
Obama: A imagen y semejanza de JFK.
Hay quienes, a pesar de los reveses que ha sufrido Obama, siguen viendo el legado de JFK en el actual inquilino de la Casa Blanca, considerado para muchos su heredero político.
Ya en las presidenciales de 2008, en medio de unas disputadas primarias, la única hija en vida de Kennedy y Jackie, Caroline, salió de su habitual sombra política con un artículo publicado en 'The New York Times' bajo el título: 'Un presidente como mi padre'.
"Nunca tuve un presidente que me inspirase de la manera en que la gente me dice que los inspiró mi padre. Pero por primera vez, creo haber encontrado al hombre que podría ser ese presidente, no sólo para mí, sino para una nueva generación de estadounidenses", escribía la segunda de los cuatros hijos que tuvo el matrimonio, dos de ellos fallecidos al nacer y un tercer muerto en un accidente de avión en 1999.