Son varias las causas que pueden provocar un accidente cerebrovascular y una de las más frecuentes es el estrechamiento de las arterias del cuello que transportan sangre al encéfalo (arterias carótidas) debido a la presencia de depósitos grasos.
Por otro lado, un desgarro o una lesión en la pared de uno de los vasos sanguíneos, las enfermedades cardíacas y los trastornos de coagulación también pueden derivar en un accidente cerebrovascular, sobre todo en personas menores de 45 años.
En el treinta y cinco de los casos no se puede establecer la causa del accidente cerebrovascular (accidente cerebrovascular criptogénico) y se precisa entonces identificar los factores de riesgo, a fin de reducir hasta donde sea posible la posibilidad de repitencia.
Algunos factores de riesgo para un accidente cerebrovascular no pueden cambiarse, como por ejemplo, el sexo, el origen étnico, la edad y los antecedentes médicos familiares, todo lo cual incrementa, de alguna forma, la posibilidad de verse afectado por esta lesión.
Los hombres son más proclives a sufrir un accidente cerebrovascular que las mujeres, así como los asiáticos y afro-americanos. A partir de los 55 años, cada nueva década duplica el riesgo de esta verse afectado por este percance.
Es posible que varias afecciones tratables influyan de manera significativa para la ocurrencia de un accidente cerebrovascular. Por ejemplo, la hipertensión arterial, el colesterol alto y la diabetes no controlada. Por eso, si usted padece de alguna de estas enfermedades es preciso conversar con su médico para desarrollar un tratamiento eficaz. En caso de que tenga elevada la lipoproteína de baja densidad (colesterol LDL o "malo"), tomar una estatina podría disminuir no sólo el colesterol sino también su riesgo para accidente cerebrovascular
Hacer ejercicio con regularidad y alimentarse de forma sana resultan medidas importantes. El ejercicio puede disminuir la presión sanguínea, aumentar el nivel de la lipoproteína de alta densidad (colesterol HDL o "bueno"), mejorar la salud de los vasos sanguíneos y del corazón, contribuir con la pérdida de peso, controlar la diabetes y reducir el estrés; por eso se recomienda practicar alguna actividad física al menos durante 30 minutos, tres o cuatro días a la semana.
Por otro lado, una alimentación rica en frutas y verduras, baja en colesterol y en grasas saturadas puede acortar las posibilidades de sufrir un accidente cerebrovascular y ayudarle a mantener un peso sano.
Otros cambios en el estilo de vida para prevenir un accidente cerebrovascular que usted puede hacer son el dejar de fumar y mantener su ingesta alcohólica en menos de uno o dos tragos diarios.
Asimismo, se recomienda tomar medicamentos preventivos, dependiendo de su historial médico. Los fármacos antiplaquetarios, como la aspirina, o la aspirina sumada al dipiridamol de liberación extendida (Aggrenox) y el clopidogrel (Plavix), pueden hacer que la sangre sea menos proclive a formar coágulos. Los anticoagulantes, como la heparina y la warfarina, podrían servir para prevenir un accidente cerebrovascular si usted padece problemas cardíacos o un trastorno de coagulación sanguínea.
El punto es que usted puede tomar medidas para disminuir el riesgo de sufrir otro accidente cerebrovascular, pero las específicas que serían adecuadas para usted dependen en gran parte de su historia clínica. Converse con su médico sobre la forma de prevención que mejor encaje con su situación personal.